
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha comenzado este miércoles en Fráncfort el debate sobre un posible cambio de su programa de compra de activos por valor de 60.000 millones de euros mensuales, que, en todo caso, no pondría en práctica hasta el próximo año. Las bolsas europeas y el euro se encomiendan a que Draghi no hable del fin de los estímulos.
De este modo, el Consejo de Gobierno ha presentado varios documentos que plantean múltiples escenarios para modificar el programa de estímulos, según varias fuentes familiarizadas con el asunto y consultadas por Bloomberg.
Los documentos se han puesto sobre la mesa para discutirlos durante estos dos días que dura la reunión. Estos informes incluyen diferentes combinaciones sobre el tamaño y la duración de la compra de activos, según las fuentes consultadas.
No obstante, los informes que están siendo debatidos no identifican un escenarios óptimo, mientras que si subrayan la posibilidad de que sea en el Consejo de Gobierno del 26 de octubre cuando se tracen las líneas fundamentales del nuevo camino a seguir con el programa de estímulos.
Dudas entre los analistas
Aún así varios analistas dudan sobre si el presidente del BCE, Mario Draghi, ofrecerá las primeras señales de ese cambio de orientación de la política monetaria en la rueda de prensa de mañana o esperará a la próxima reunión del Consejo el 26 de octubre.
Desde la agencia Bloomberg, destacan que son ya varios bancos e instituciones las que están cuestionando la sostenibilidad del programa de estímulo con las reglas actuales. Lo que podría obligar a Draghi a hablar antes de lo previsto para evitar mayores especulaciones sobre el agotamiento de ciertos bonos elegibles, como los alemanes.
Más crecimiento, menos inflación
Además, el Consejo de Gobierno tiene planteado incrementar las previsiones de crecimiento para la eurozona, mientras que podría reducir las de inflación. La fortaleza del euro está echando por tierra los esfuerzos del instituto monetario por llevar los precios cerca del 2%.
En la última rueda de prensa de julio, Draghi anunció que sería en otoño cuando la entidad comenzaría a discutir la retirada de las medidas de estímulo.
Con todo, el presidente reiteró entonces su llamada a ser "persistentes pacientes y prudentes" y a la necesidad de "tener toda la información disponible", ya que "un endurecimiento no deseado puede dar al traste con la convergencia de la inflación".
Tipos históricamente bajos
En lo que no se espera un cambio por el momento es en la política monetaria ultraexpansiva de mínimos tipos de interés llevada a cabo por el BCE en los últimos años. Desde marzo de 2016 el tipo de interés de referencia se mantiene en el mínimo histórico del 0,0%, la facilidad de depósito se encuentra en el 0,4% y la de crédito en el 0,25%.
Varios bancos alemanes han insistido en los últimos días en pedir a la autoridad monetaria europea que acometa un cambio en la orientación de su política monetaria.
El director ejecutivo del Deutsche Bank, John Cryan, recalcó hoy que "debe terminar la época del dinero barato pese a la fortaleza del euro" y advirtió que observan "burbujas en algunas partes del mercado de capital".
El presidente del Commerzbank, Martin Zielke, reclamó hoy un "inmediato" cambio de rumbo y consideró que los "efectos secundarios" de la política monetaria del BCE "son cada vez mayores", en declaraciones recogidas por la agencia EFE.
"Es el momento adecuado para retirar los medicamentos" que el BCE ha venido aplicando a la eurozona los últimos años, recalcó Zielke. En el banco emisor europeo parece haber consenso sobre la necesidad de un cambio progresivo de rumbo siempre que la inflación en la eurozona evolucione hacia el objetivo fijado, es decir, que se mantenga por debajo del 2%, pero muy próxima a esa cifra.
La inflación alcanzó el pasado agosto su nivel más alto en cuatro meses, un 1,5% frente al 1,3 de julio, lo que ha elevado las expectativas de que el BCE comience a cambiar el rumbo de su política monetaria.
La consejera e integrante del Comité Ejecutivo del banco Sabine Lautenschläger declaró recientemente que se ha hecho lo que se tenía que hacer para que la inflación se estabilice en torno al objetivo del 2% y consideró que "la política monetaria debe prepararse para entrar en el camino de la normalidad".
La fortaleza del euro, cuyo cambió alcanzó la semana pasada los 1,20 dólares por primera vez en dos años y medio, es otro factor que estará presente en el debate de la reunión mañana del Consejo de Gobierno. A los economistas del BCE les preocupa que un euro fuerte pueda tirar de nuevo a la baja de la inflación debido a su efecto negativo sobre las exportaciones de la eurozona.