Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE), se ha felicitado este miércoles por la presencia de España en la cumbre mundial sobre la crisis financiera que se celebrará este fin de semana en Washington. "Tener a España en esta cita es una adición importante", afirmó Gurría. "Felicito a quienes han creado la vía alternativa para que España participe en la reunión", apostilló.
El primer ministro británico, Gordon Brown, fue el primero en apoyar públicamente la candidatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Francia era partidaria en un primer momento de una cumbre reducida a las potencias del G-7 (Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Canadá) más media docena de emergentes como Brasil, Rusia, China e India. Pero cuando el presidente norteamericano amplió la nómina de invitados y convocó al G-20 -reunión de los siete países más ricos del mundo más las principales economías emergentes-, Nicolas Sarkozy abogó con éxito por la presencia española, y cedió a Zapatero una de las dos sillas de las que disponía Francia: una como país del G-7 y otra como presidencia semestral de la UE.
Gurría explicó que las componendas para incluir en el G-20 a España, país que calificó como "una de las grandes economías del mundo", demuestra el trabajo que está costando encontrar una "geometría" y que sirva de base a la "gobernanza mundial". Por otra parte, Gurría restó relevancia a una posible futura cumbre de los más de 190 países que forman parte de la Organización de Naciones Unidas, al señalar que en el G-20 ya están presentes todos los actores importantes para el sistema financiero mundial; que además representan la abrumadora mayoría del PIB, el comercio y la población mundial. Gurría ha lanzado este mensaje en un desayuno este miércoles en Bruselas, en el que estuvo presente elEconomista.
Reclama más planes de relanzamiento y bajadas de tipos
Gurría también ha reclamado a los líderes políticos y económicos mundiales más bajadas de tipos de interés y más medidas presupuestarias (más gasto público y más reducciones de impuestos) para recuperar el crecimiento económico y amortiguar los efectos de la actual crisis económica.
"La inflación está reduciéndose rápidamente gracias a la caída de las materías primas. Con las expectativas inflacionistas bien ancladas y el probablemente escaso desarrollo de la actividad económica, hay margen para más reducciones en la política de tipos de cambio", aseguró Gurría.
"Pero es necesario hacer más, especialmente si la incertidumbre en los mercados financieros continúa y retrasa los efectos del relajamiento de la política monetaria", añadió el primer responsable de la OCDE. "Relajar de manera discrecional la política presupuestaria se mantiene como una opción politica a corto plazo", subrayó Gurría, que mencionó a España y a Canadá entre los países que tras registrar superávits presupuestarios en el pasado tienen margen de acción para rebajar impuestos o abrir el grifo del gasto público.
Gurría reclamó que los planes nacionales de relanzamiento se coordinen para potenciarse mutuamente. "No podemos esperar hasta que arreglemos los mercados financieros para abordar el parón de la economía. Debemos actuar simultáneamente, y debemos actuar ahora", aconsejó. "Las soluciones deben ser globales e integradas. Por eso, la próxima reunión del G-20 tiene una relevancia especial".
Gurría recordó que la OCDE presentará este jueves sus previsiones económicas sobre cada país, y adelantó que confirman que "prácticamente todas las mayores economías del mundo experimentarán estancamiento o contracción durante 2009".
Pidió que los planes de rescate de la banca no falseen la libre y leal competencia, y que no concedan ventajas indebidas a las entidades que se benefician de apoyos públicos para evitar su quiebra. Además pidió que se "considere en detalle cómo los Gobiernos organizarán su salida ordenada del sector bancario cuando las turbulencias se disipen y vuelva la normalidad".
Y alertó para que las medidas actuales no "siembren las semillas de futuros problemas". Gurría se refirió a las modificaciones de las normas contables que la UE ha adoptado para amortiguar los efectos de la crisis en los resultados de las entidades financieras. Admitió que "relajar las reglas de valoración de mercado es quizás necesario en mercados volátiles y sin liquidez". Pero argumentó que "si se utiliza como último recurso, debe ser durante un periodo de tiempo lilmitado". Y concluyó que "una vuelta rápida a los balances contables transparentes es esencial, cuando pasen los riesgos sistémicos, para garantizar en el futuro un flujo correcto de información y mercados eficicientes".