Economía

¿Es posible parar el Brexit o es solo una hipótesis irreal?

  • La Comisión quiere incluir una cláusula de arrepentimiento en el acuerdo
Imagen: Dreamstime.

La Eurocámara defiende que se pueda abortar el divorcio entre el Reino Unido y la UE si todos los socios están de acuerdo, aunque algunas capitales recuerdan que no es posible legalmente.

La salida del Reino Unido de la UE se espera que tengan más de enfrentamiento que de negociación. El propio presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ya auguró un proceso "difícil, complejo y a ratos beligerante". Y, como en toda pelea, los rivales se esmeran por mostrar en los compases iniciales sus mejores piezas de artillería y sus mejores movimientos.

Así fue la pasada semana cuando arrancaron las negociaciones. Londres buscó una posición de fuerza lanzando un tímido chantaje sobre su cooperación en materia de seguridad, y se mostró dispuesto a levantarse sin acuerdo. La UE se esforzó por marcar el calendario de la negociación e incluso buscó las cosquillas a los británicos con el tema de Gibraltar. Pero a pesar del ruido de sables, el Brexit no deja de ser un divorcio. Y, como en toda ruptura, la parte abandonada siempre tiene la esperanza de que el otro gire sobre sus pies y regrese al calor de la pareja. "Ya os echamos de menos", dijo Tusk, apenas una hora después de recibir la notificación para arrancar la lenta implosión.

¿Un botón antibrexit?

Aunque despechadas, las instituciones europeas quieren incluir en la negociación una opción para revocar la notificación del artículo 50, que activa el divorcio. Es decir, una cláusula antibrexit, un botón nuclear que detenga el proceso. La resolución sobre el Brexit que se espera que apruebe este miércoles el pleno del Parlamento Europeo incluye un artículo que ofrece esta posibilidad.

El borrador del texto, aprobado la pasada semana por la conferencia de presidentes, el máximo órgano político de la Eurocámara incluye un artículo que indica que la opción para revocar el Artículo 50 "necesita ser sujeto a las condiciones fijadas por todos los 27 miembros de la UE, así no puede ser usado como un recurso procedimental o mal utilizado en un intento para mejorar los términos actuales de la pertenencia del Reino Unido". Es decir, no quieren que todo esto sirva simplemente para que el Gobierno británico arañe más concesiones por parte de la UE.

La idea de incluir una alternativa para detener el Brexit no disgusta a la Comisión Europea. El capitán del bloque en la negociación, Michel Barnier, ha estado al tanto de la preparación del texto parlamentario. El problema es que -como reconocen dentro de la Comisión y se apresuran a señalar los Estados miembros críticos con esta posibilidad, como Polonia- la opción de parar la ruptura no tiene base legal.

El artículo 50 de los tratados, que fija la base para la separación, sólo ofrece dos posibilidades: alargar la negociación más allá de los dos años previstos o volver a integrarse en la Unión una vez se haya abandonado el club, siguiendo el proceso habitual de adhesión. "No existe la posibilidad de revocar la notificación porque no existe la base legal", zanja un diplomático de un Estado miembro crítico. Otra enviada en Bruselas de un Gobierno nacional ve "claro" que esta opción no se contempla en los tratados, aunque añade que la discusión no está cerrada, y prevé un debate dentro de la UE.

El choque entre el rigor legal y las necesidades políticas siempre provoca tensiones en el seno de la UE. Una alta fuente comunitaria señaló la pasada semana que los servicios legales del Consejo (que agrupa a los 27 Estados miembros) aún no se han pronunciado sobre este asunto. Puede que por ello Tusk decidiera no seguir los pasos de la Eurocámara, al no incluir la posibilidad de abortar el Brexit en las directrices para la negociación que presentó el viernes.

Éstas aún pueden sufrir modificaciones antes de ser aprobadas por los líderes el próximo 29 de abril. Aunque el texto de la Eurocámara solo cumple un papel orientativo, el acuerdo final del Brexit requiere el visto bueno de los eurodiputados. Por lo tanto, una negociación que se desvíe significativamente de sus indicaciones sufre el riesgo de estancarse en el pleno de la Cámara.

La razón de la omisión en el borrador de Tusk se debe principalmente a que las capitales están divididas sobre este asunto. Y, como ya señala el propio párrafo del Parlamento, la única manera para poder abortar la negociación es si los 27 socios aceptan unánimemente echar el freno de mano.

Desde el Reino Unido han coqueteado con la idea de que ellos puedan interrumpir el Brexit unilateralmente. Pero el Presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, indicó la semana pasada que, tras la activación de Londres del proceso, "el Brexit es un problema para el conjunto de la UE". Por lo tanto, las islas no pueden cambiar solas su posición, sino que todos los socios restantes deben decir si es posible.

¿Solo una hipótesis?

Destacadas fuentes comunitarias opinan, no obstante, que la discusión es principalmente "hipotética", dada la claridad con la que la primera ministra británica, Theresa May, indicó que el proceso de salida "no tiene marcha atrás".

Es por eso que diplomáticos de uno de los principales Estados miembros cuestionan la oferta europea de parar el divorcio no sólo desde el punto de vista legal, sino también táctico y político. Así, la mayoría de la media docena de capitales consultadas coincide en señalar que la inclusión de esta posibilidad puede debilitar la mano negociadora de los europeos durante los dos próximos años. Sin embargo, las mismas fuentes añaden que, si existe un acuerdo entre los 27 Gobiernos nacionales, "todo es posible".

Como ya probó Europa durante la crisis del euro, los tratados son un marco fácilmente superado por las necesidades políticas. La Unión necesitará toda la flexibilidad posible para encarar la que es posible la negociación más difícil en sus seis décadas de historia.

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