
El presupuesto de la Seguridad Social erró tanto en el lado de los ingresos como en el de los gastos. Ni las cotizaciones sociales se ciñeron a las previsiones elaboradas por el Ministerio de Hacienda- recaudaron tres veces menos de lo indicado en los PGE, a pesar del crecimiento del empleo -ni tampoco las pensiones cumplieron lo esperado- en su caso porque crecieron más de lo que se había presupuestado. De ahí que el sistema registrase un déficit histórico de 18.096 millones de euros, el 1,62% del PIB.
El mayor problema de la Seguridad Social volvieron a ser los ingresos. Hace ocho años que el sistema no alcanza la previsión de recaudación por cotizaciones sociales y en el ejercicio pasado la clave fue que la mejoría del empleo no se trasladó a las cuentas del sistema. El empleo creció a un ritmo del 3,12%, pero las cotizaciones sociales mejoraron menos: un 2,93%.
Y hace cinco años que los ingresos del sistema no cubren la totalidad del gasto en pensiones. De hecho, en 2016 las cotizaciones supusieron el 92,4% del gasto en pensiones, el segundo dato más bajo de la historia, sólo por delante de 2013. Esta diferencia entre ingresos y gastos es la que ha hecho que el fondo de reserva se encuentre a punto de agotarse y sólo le queden recursos disponibles para poco más de una nómina.
13.000 millones bajo el objetivo de ingresos
De esta forma, las cotizaciones sociales, la principal fuente de ingresos del sistema, se quedó muy lejos del objetivo presupuestario. El crecimiento no llegó ni a la mitad del 6,7% presupuestado y faltaron más de 13.000 millones de euros para alcanzar el crecimiento previsto en las cuentas de 2016.
De todos los regímenes del sistema, sólo uno, el de Mar, que apenas recauda 300 millones al año, estuvo por encima de la previsión de ingresos. Por el contrario, el que más lejos se quedó fue el más importante por su tamaño: el general, que recaudó un 12% menos de lo previsto. Sólo él registra un agujero de 11.000 millones de euros.
Esto no es nuevo para la Seguridad Social, ya que este desfase en cuanto a la previsión de ingresos ha sucedido muchas veces. En ninguno de los presupuestos elaborados por el equipo que forman Montoro y Báñez se ha alcanzado la previsión de ingresos, pero tampoco se alcanzó en los tres años anteriores, así que la Seguridad Social lleva ocho años sin alcanzar su previsión de ingresos.
Los gastos también desbordan las previsiones
Lo que es más nuevo es que, por primera vez, al Gobierno le han fallado las previsiones de gasto en pensiones. Las cuentas del año 2016 esperaban un incremento del gasto del 2,8% y en realidad aumentaron un 3,4%. De hecho, la Seguridad Social se vio obligada a realizar una ampliación de crédito de 448 millones de euros para cubrir los gastos del sistema.
Otro de los problemas en el lado de los gastos fue la incapacidad temporal, que también desbordó las previsiones presupuestarias. Su incremento fue del 11%, dos puntos más de lo previsto. Esta rúbrica también necesitó una ampliación presupuestaria, en su caso de 1.259 millones de euros.