Economía

Roma gana tiempo con Bruselas a la espera de elecciones anticipadas

  • Promete ajustes para primavera que se aplazarían si hay nuevos comicios
El ministro italiano de Economía, Pier Carlo Padoan. Reuters.

"Ningún ajuste improvisado. Reducimos nuestra deuda, como es de nuestro interés, con una estrategia que protege el crecimiento". El ministro italiano de Economía, Pier Carlo Padoan, ha resumido así, en su cuenta de Twitter, la respuesta de Roma a la carta enviada por la Comisión Europea el pasado 17 de enero.

Bruselas tras haber concedido durante los últimos dos años 19.000 millones de flexibilidad adicional, ahora pide un ajuste al país transalpino. El esfuerzo requerido a Italia, del punto de vista del Ejecutivo comunitario, es solo una señal para demostrar que Roma no se está desviando demasiado del camino de reducción de la enorme deuda pública que ha llegado ya a 2,250 millones de euros, es decir, el 134% del PIB, y que en los últimos años no ha parado de crecer.

El Comisario Europeo para Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, y el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis indicaron como objetivo una corrección del 0,2% del PIB, es decir, 3.400 millones de euros. Menos de los que Renzi se tomó como flexibilidad adicional en los Presupuestos para 2017 -0,6% de PIB-, pero demasiado para un Gobierno con las arcas vacías y un crecimiento económico muy débil.

Lo que Padoan no dice en su tuit, pero sí se puede leer entre las líneas de la carta que el ministro ha enviado a Bruselas, es que Roma está ganando tiempo. Italia ha confirmado su intención de volver a recortar la deuda, explicando que pretende continuar por la vía de "una consolidación de las cuentas favorable al crecimiento". Pero el Gobierno transalpino rechaza medidas drásticas e inmediatas. En la carta se subrayan "las excepcionales circunstancias" que ha afrontado el país en los últimos tiempos, como los terremotos o el elevado flujo migratorio que llega a sus costas desde el norte de África. Sobre los seísmos, que desde agosto han afectado el centro de Italia, Padoan asegura que por el momento no han sido contabilizados los daños, pero que "seguramente" superen los mil millones de euros.

Así, tal y como aclara el titular de Economía, la suma que alcanzará este "esfuerzo estructural" para retomar el objetivo de reducción de deuda se compondrá, sólo en una cuarta parte, de recortes en el gasto. Es decir un esfuerzo mínimo de tan sólo 800 millones de euros, acompañado por un pequeño aumento de algunos impuestos indirectos -sobre gasolina y tabaco- y nuevas medidas extraordinarias, como una nueva amnistía fiscal.

Pero el punto que crispa las relaciones entre Roma y Bruselas es el tiempo. Padoan explica que su Gobierno intervendrá en el "marco temporal del próximo Documento de Economía y Finanzas", la hoja de ruta de la política presupuestaria italiana cuya aprobación está prevista para el 10 de abril. Aunque tal y como está evolucionando la situación política italiana, abril podría ser demasiado tarde.

Tras la sentencia del Tribunal Constitucional que modifica la ley electoral, eliminando algunos aspectos controvertidos como la doble vuelta, Italia podría celebrar cuanto antes elecciones anticipadas. De momento, el presidente de la República, Sergio Mattarella, se resiste a disolver el Parlamento a la espera que los partidos negocien una ley que garantice más estabilidad. Pero en caso de que fracasen las negociaciones -algo muy probable ya que tanto el líder del partido de mayoría relativa, Renzi, como los de las oposiciones, Grillo del M5S y Salvini de la Liga Norte piden ir a comicios cuanto antes- las elecciones serían la única solución.

La fecha más probable para las generales es junio. Así, las nuevas medidas presupuestarias del Gobierno llegarían cuando el Parlamento italiano esté disuelto y el cumplimiento con Europa pasaría por el nuevo Ejecutivo.

De momento, los sondeos indican que no habrá un ganador claro en los próximos comicios, puesto que el PD de Renzi, como el M5S de Grillo se sitúan alrededor del 30%, mientras los votos restantes se dividen entre los partidos del antiguo centroderecha de Silvio Berlusconi.

Como la petición de Bruselas peligra con caer en saco roto, la Comisión está pensando en abrir un procedimiento de infracción contra el déficit de Italia. La decisión podría llegar el 13 de febrero, cuando Bruselas publique las estimaciones macroeconómicas para cada Estado.

El procedimiento contra Italia, sin embargo, es una arma de doble filo: de un lado es la única solu- ción para poner entre la espada y la pared a un país que sigue no respetando los compromisos europeos; del otro, amenaza con tensar aún más la cuerda entre las instituciones europeas y la opinión publica, favoreciendo en las elecciones anticipadas a los partidos -como el Movimiento 5 Estrellas o la Liga Norte- que piden un referéndum sobre la salida de Roma del euro.

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