Economía

El PIB se frena al 0,7% y los precios suben a su mayor ritmo en tres años

La economía mantiene un crecimiento fuerte en el tercer trimestre gracias al brío del consumo La electricidad y los carburantes elevan la tasa interanual del IPC al 0,7% en el mes de octubre.

La economía española creció un 0,7 por ciento entre los meses de julio y septiembre, una décima menos que en el trimestre precedente, según el dato adelantado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que, si bien refleja una leve ralentización del Producto Interior Bruto (PIB) en el tercer trimestre, todavía muestra un vigoroso ritmo de avance en un contexto de incertidumbre del que, por el momento, parecen salir airosas las principales magnitudes macroeconómicas.

De confirmarse el dato el próximo 24 de noviembre, la economía española habría crecido un 3,2 por ciento en términos interanuales en el tercer trimestre, frente a la expansión del 3,4 por ciento registrada entre los meses de abril y junio.

El alza trimestral del 0,7 por ciento rompe con la racha de tres trimestres de crecimiento al 0,8 por ciento y coincide con el incremento avanzado por el Banco de España el pasado mes de septiembre. El organismo presidido por Luis María Linde sostiene, sin embargo, que a la economía española habría continuado mostrando una notable fortaleza a finales del tercer trimestre del año, a pesar de la presencia de "algunas fuentes de incertidumbre", que, desde el punto de vista del contexto exterior, habrían estado relacionadas, entre otros factores, con el devenir del proceso de salida del Reino Unido de la UE, y, en el ámbito interno, con la prolongación de la situación de interinidad del Gobierno de la nación.

Pero más allá de estas amenazas, la ligera ralentización de nuestra economía podría estar más relacionada con el agotamiento de los vientos de cola que han impulsado el PIB español a resistir frente al deterioro económico de la zona euro. Las siete décimas de avance de España en el tercer trimestre contrastan con las cinco décimas del Reino Unido y las dos de Francia, ambas grandes economías del euro.

En este sentido, el profesor e investigador del IEB, Miguel Ángel Bernal, advierte de que "el agotamiento de determinados efectos deja menos capacidad de movimiento a nuestra economía" y, aunque asegura que el bache del PIB en el tercer trimestre nada tiene que ver con la falta de Gobierno, lamenta que, de haber tenido un Ejecutivo en plenas funciones, "se podría haber avanzado a mayor ritmo".

El crecimiento del producto habría continuado sustentándose, fundamentalmente, en el dinamismo de la demanda privada nacional. Según el último Boletín Económico del Banco de España, en particular, el consumo habría mantenido un crecimiento vigoroso, "en un contexto de prolongación del proceso de creación sostenida de empleo y de mantenimiento de condiciones financieras favorables".

Más empleo, mayor consumo

No en vano, el espectacular tirón del sector turístico en el tercer trimestre dejó 226.500 ocupados más y 253.900 parados menos. Cierto es que el empleo neto creado en la temporada estival fue de carácter temporal y los contratos propios de los meses de verano se firman en puestos de escaso valor añadido y baja retribución, pero, por precarios que sean los salarios, el incremento de la ocupación se traslada directamente a la renta disponible de los hogares y, por tanto, al consumo.

Esta tónica, unida al favorable comportamiento del sector exterior, permitirá cerrar el año con un crecimiento superior al 3 por ciento, en línea con las previsiones de los principales organismos nacionales e internacionales y por encima de la estimación del 2,9 por ciento del propio Gobierno. Es la opinión del economista e investigador de la Universidad de Essex, Javier Santacruz, quien augura incluso un avance del 3,2 por ciento, aunque estas dos décimas, dice, dependerán de la evolución de la inflación.

Precisamente, el INE también informó ayer de que el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 1,1 por ciento en octubre respecto al mes anterior y elevó cinco décimas su tasa interanual, hasta el 0,7 por ciento, alcanzando niveles no vistos desde hace más de tres años, por la subida de los precios de la electricidad y los carburantes, frente a la caída que sufrieron en 2015.

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