
A la espera de formar un nuevo Gobierno, tras casi un año sin Ejecutivo formal, España ha conseguido mejorar su clasificación de los países con mayor facilidad para hacer negocios, donde este año se ha colocado en el puesto número 32 del ranking. La lista Doing Business, que elabora anualmente el Banco Mundial y que incluye a un total de 190 países analiza las regulaciones nacionales para determinar si estas son favorables para la creación de riqueza y empleo.
La rebaja de varios impuestos y la introducción del sistema de liquidación directa de la Seguridad Social han permitido que España suba un peldaño desde su posición del año pasado. En la clasificación global sobre la facilidad de hacer negocios, Doing Business 2017 otorga el primer puesto a Nueva Zelandia, posicionándose en segundo lugar Singapur, seguido de Dinamarca, Hong Kong RAE, China, República de Corea, Noruega, Reino Unido, Estados Unidos, Suecia y Macedonia.
España tiene una posición mejor que la de otros países desarrollados, como Japón e Italia, pero un año más está por detrás de socios europeos como Dinamarca, Reino Unido, Suecia, Alemania y Francia. Sin embargo, el Banco Mundial destaca que España está entre las cinco economías de la OCDE que en el último ejercicio "han implementado reformas en múltiples áreas".
El informe habla de los logros realizados por España en el último año, pero dedica un análisis específico a la dualidad laboral, es decir, la segmentación entre puestos fijos y temporales por la que se caracteriza el mercado laboral español. Los expertos de la organización estiman que, pese a la reforma laboral, la corrección de este problema "es limitada", de ahí que recomienda seguir actualizando los esfuerzos reformistas para resolver este asunto.
Fuera de España, las economías que más mejoraron son Brunei, Kenia, Indonesia, Serbia, Georgia, Pakistán, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein. Los datos de la última edición demuestran que, a nivel global, se sigue teniendo éxito en la facilidad de hacer negocios, ya que los gobiernos están incrementando la implementación de reformas empresariales clave. La apertura de una empresa toma hoy un promedio de 21 días a nivel mundial, comparado con los 46 días hace diez años.
"La política gubernamental juega un papel decisivo en las operaciones diarias de las pequeñas y medianas empresas locales, y las regulaciones onerosas pueden desviar la energía de los emprendedores lejos del desarrollo o la innovación en sus negocios. Es por ello que Doing Business recolecta información, para favorecer que las regulaciones se diseñen de una manera inteligente, eficiente, accesible y sencilla", comentó Augusto Lopez-Claros, director del grupo de indicadores globales del Banco Mundial, que elabora el informe.