Economía

Bruselas presenta su propuesta para unificar las bases imponibles en Sociedades

  • Sería obligatorio para las firmas que superen unos ingresos de 750 millones
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici.

La Comisión Europea ha presentado ante el Parlamento Europeo su propuesta renovada para establecer una base común y consolidada del impuesto de sociedades, un proyecto que ya quiso poner en marcha en 2011 pero que en la actualidad está enquistado por las reticencias de algunos socios comunitarios.

El proyecto del Ejecutivo comunitario no es nuevo, puesto que ya presentó en 2011 una propuesta similar, paralizada desde entonces por las reservas de algunos socios comunitarios. En su nueva apuesta, Bruselas cree que los Estados miembros serán capaces, primero, de acordar una base común del impuesto de sociedades, y una vez superada esta fase, se trabajará en la cuestión "compleja" de la consolidación.

"Esto (por las dos etapas), debería hacer más manejable el proceso de negociación, facilitar unas discusiones constructivas y lograr un acuerdo rápido, sin reducir en nivel total de ambición", defiende la Comisión Europea en un comunicado.

Durante la primera fase, ha explicado Bruselas, se establecerá un conjunto de normas para el cálculo de los beneficios que están sujetos a impuestos, una vez que se han tenido en cuenta todas las exenciones y deducciones. Por ejemplo, la base común garantizará que todos los Estados miembros permiten el mismo nivel de depreciación para un activo concreto.

En la segunda fase, de consolidación de la base común, las multinacionales podrán agregar los beneficios y las pérdidas registradas en todos los países comunitarios, con el objetivo de obtener un beneficio neto o unas pérdidas para el conjunto de la UE. Una vez se haya calculado esta cifra, se aplicarán las normas de la base común para decidir la cantidad de beneficios sujetos a impuestos.

Posteriormente, la compañía deberá compartir los datos sobre sus beneficios imponibles con los socios comunitarios en los que tiene actividad, de forma que cada uno pueda aplicar su tipo nacional del impuesto de sociedades. La fórmula para calcular cuánto corresponde a cada Estado miembro depende de los activos, el empleo y las ventas de la multinacional en cada uno.

En cualquier caso, Bruselas niega que esta propuesta sea un paso hacia la armonización del tipo impositivo del impuesto de sociedades. Al contrario, asegura que las capitales seguirán teniendo libertad para fijar sus propios tipos impositivos con respecto a su situación fiscal específica.

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