Economía

¿Por qué el déficit de la Seguridad Social se multiplica desde 2011 pese a tener ahora más ocupados?

  • Pasa de un superávit de 14.000 millones a un agujero de 19.000 en ocho años
  • Más y mayores pensiones, menores salarios y las bonificaciones, motivos

La mejoría del empleo este año no ha logrado frenar el déficit de la Seguridad Social. A pesar del medio millón de puestos de trabajo creados en los nueve primeros meses del año y de un crecimiento de la economía rondando el 3% anual, el sistema cerrará este ejercicio con un agujero de 18.812 millones de euros, un 43% mayor que el récord con el que cerró el ejercicio 2015.

Pero si la comparación con el ejercicio 2015 es llamativa, mucho más lo es con los años anteriores. Hasta 2011, la Seguridad Social gozó de una gran salud, con superávits superiores al punto del PIB incluso, por encima de los 14.000 millones de euros. Tardó en notar la crisis económica más que otras administraciones, ya que, a pesar de la intensa destrucción de empleo de los primeros años de la crisis se vio compensada por las cotizaciones de los desempleados.

Pero a partir de 2012 el deterioro fue mucho más significativo, incluso con la recuperación del empleo en marcha, la Seguridad Social no sólo no ha logrado mejorar su saldo fiscal, sino que año a año ha ido empeorando, hasta los casi 19.000 millones de euros que registrará este año. También es significativo que cada vez hay más diferencia entre las previsiones del Gobierno y el cierre presupuestario: en 2016, el déficit será casi seis veces lo presupuestado.

Los mismos afiliados que en 2009, un millón de pensiones más

Los motivos de este deterioro (y de la desviación respecto del presupuesto) hay que buscarlos tanto en el lado de los ingresos como en el de los gastos. En el lado de los gastos, hay que destacar que el gasto en pensiones bate récords mes a mes y ya supera los 8.500 millones de euros mensuales. Y mientras el número de pensionistas y el gasto en pensiones no dejan de crecer, la cifra de ocupados no aumenta tan deprisa. De hecho, ahora mismo hay aproximadamente los mismos ocupados que la Seguridad Social tenía en 2009, pero ellos deben sufragar un millón de pensiones más que entonces.

Una de las cuestiones en las que se refleja la lentitud de la recuperación de los cotizantes en relación al rápido crecimiento de los pensionistas es que, pese al incremento del empleo, el ratio de cotizantes por pensionista apenas ha mejorado. Según los datos del Ministerio de Empleo, este ratio está muy cerca de sus mínimos desde el año 2000. En septiembre, se situaba en 2,27 (lo que significa que 2,27 cotizantes sufragan una pensión en vigor), con lo que apenas había mejorado dos centésimas desde que marcó mínimos en 2014 y 2015.

Además, la nómina de las pensiones no sube sólo por el incremento del número de pensionistas, sino también porque las pensiones en vigor son mayores que antes. La pensión media es ahora de 906,37 euros, lo que supone un incremento del 1,9% respecto al año anterior. Si se compara con el nivel de hace diez años, el aumento es del 40%.

No obstante, este crecimiento del gasto en pensiones está en línea con lo presupuestado y son otros gastos menos esperados los que también están deteriorando las cuentas del sistema. Es el caso de las bajas laborales, que crecen a un ritmo del 12% este año y podrían exigir una ampliación del crédito presupuestario.

Los ingresos, a años luz del presupuesto

Pero es sin duda en el lado de los ingresos en el que la Seguridad Social está encontrando más imprevistos. Las cotizaciones sociales deberían crecer a un ritmo del 16% respecto al año pasado para ajustarse al objetivo marcado en el presupuesto, pero lo están haciendo a un ritmo del 2,8%. Y todo ello hace que, aunque España haya recuperado la ocupación que tenía en 2009, sus cotizantes aportan 5.000 millones de euros menos a la Seguridad Social.

Hay varios motivos que explican esta dispar evolución. En primer lugar, la devaluación salarial. Aunque la Seguridad Social no ofrece datos de salarios, es evidente que los menores salarios de los nuevos empleos son causantes del agujero del sistema. A ello contribuye también el crecimiento del empleo a tiempo parcial, que ha aumentado un 11% en los últimos cinco años. Todo ello explica que, como ocurrió el año pasado, cada nuevo afiliado apenas haga crecer los ingresos por cotizaciones.

A ello se unen también las reducciones de cotización ofrecidas por el Gobierno para impulsar el empleo. Según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), éstas costarán a la Seguridad Social un 0,19% del PIB este año, es decir, algo más de 2.000 millones de euros. De esta manera, serán causantes de aproximadamente, el 9% del déficit de la Seguridad Social. El nuevo Gobierno deberá decidir si mantener estas reducciones es rentable pese a su coste o deben retirarse.

Hasta ahora, el déficit de la Seguridad Social se ha cubierto con el Fondo de Reserva. En concreto, el Ejecutivo ha 'tirado' de la hucha de las pensiones cada vez que ha necesitado pagar una extra a los pensionistas. Pero ahora mismo no queda dinero ni para pagar tres nóminas y es de esperar que el importe guardado se acabe el año que viene, lo que hace acuciante acometer una reforma del sistema.

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