Economía

La economía de EEUU se prepara para registrar este año su peor crecimiento desde la crisis financiera

Los consumidores estadounidenses echaron mano de sus carteras a la hora de salir de compras durante el mes de septiembre, cuando las ventas minoristas repuntaron un 0,6% y acumularon una subida del 2,7% interanual. Un halo de optimismo para alicatar un tercer trimestre donde los meses de julio y agosto no terminaron de acompañar en este sentido y en el que la economía estadounidense creció tan sólo un 1,9% según la última estimación realizada por el GDP Now de la Reserva Federal de Atlanta.

Una rebaja considerable si tenemos en cuenta que dicho indicador llegó a marcar un crecimiento del 3,8% a comienzos del tercer trimestre. Si nos fijamos en los cálculos que realiza la Fed de Nueva York, sus estimaciones de crecimiento para el tercer trimestre son algo mejores que los de su homóloga en Atlanta, al situar la expansión en el 2,3%. Dicho esto para el trimestre en curso, la expansión del PIB no superará el 1,6%.

Si tenemos en cuenta que la economía estadounidense creció un 0,8% en los tres primeros meses del año y un 1,4% entre abril y junio, las estimaciones para el tercer y cuarto trimestre plantean una expansión que no sobrepasará el 1,6% este año. De hecho, el propio Fondo Monetario Internacional así lo proyectaba en sus Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, por sus siglas en inglés) donde confirmaba que la primera potencia mundial registrará este año su menor expansión desde 2009, cuando el azote de la crisis financiera sumió a EEUU en una recesión del 2,7%. El FMI proyecta que el PIB de EEUU crecerá un 1,57% este año, incluso por debajo del 1,6% registrado en 2011.

Durante la jornada del viernes conocimos como la incertidumbre sobre las elecciones presidenciales del próximo 8 de noviembre comienzan a pasar factura a los consumidores. La Confianza del Consumidor que elabora la Universidad de Michigan cayó a comienzos de octubre hasta los 87,9, mínimos no vistos desde septiembre del año pasado.

Sin embargo, es cierto, que el repunte de las ventas minoristas en septiembre ofreció cierto alivio a un tercer trimestre donde el motor de crecimiento para la economía estadounidense no ha tenido el desempeño esperado. "Las ventas minoristas cerraron el tercer trimestre con buen tono, pero los dos primeros meses no fueron muy buenos", reconoce Chris Christopher, director de economía de consumo de la consultora IHS Global Insight. "Después del mal comportamiento en agosto algunos sectores repuntaron en septiembre, incluyendo el de la automoción, materiales de construcción así como artículos deportivos", señala.

El hecho de que el consumo vuelve a tomar impulso a este lado del Atlántico es crucial de cara al cuarto trimestre del año y la temporada de compras navideñas. Desde IHS estiman que las ventas durante los meses de noviembre y diciembre crecerán un 3,7% con respecto al año pasado mientras que las ventas online tocarán un nuevo máximo al crecer un 13,9% con respecto el año pasado.

Muchos se preguntan si dadas las circunstancias es apropiado que la Reserva Federal continúe adelante con la normalización monetaria. Ante el anémico crecimiento pero incremento moderado de la inflación, la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, indicó el viernes durante un discurso en la Reserva Federal de Boston, que estaría dispuesta a permitir "una economía con mayor presión" durante algún tiempo.

Yellen opinó que mantener una economía con alta inflación y un mercado de trabajo de baja oferta podría ser positivo para reforzar una recuperación que sigue siendo débil, pese a una política acomodaticia extrema e históricamente larga. EEUU ha experimentado una mejora de la demanda de los consumidores, pese a lo cual las empresas siguen reacias a invertir y expandir ante la incertidumbre económica.

La presidenta de la Fed recordó sin embargo que una política monetaria acomodaticia demasiado larga "podría tener costes que han excedido los beneficios al incrementar los riesgos de inestabilidad financiera y minar la estabilidad de los precios". La presidenta de la Fed reconoció que una política de bajos tipos de interés como la que Estados Unidos ha mantenido durante más de 8 años no puede ser la única herramienta en un mundo con políticas monetarias acomodaticias generalizadas.

De momento, según el indicador FedWatch de la Bolsa Mercantil de Chicago, el 68,4% del mercado descuenta ya una subida de 25 puntos básicos en la última reunión del año que tendrá lugar el próximo 14 de diciembre.

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