
La tregua que vive España por la pujanza del consumo interno, el buen ritmo de las exportaciones y las condiciones externas favorables -petróleo bajo, tipos de interés en mínimos históricos y baja inflación- puede tener los días contados. Numerosos expertos y analistas consultados por este periódico concluyen que el PIB podría avanzar de octubre a noviembre en torno al 0,4%, prácticamente la mitad de lo que creció en los cinco trimestres anteriores.
El parón político sería la causa fundamental del deterioro, sobre todo por la imposibilidad de presentar los Presupuestos Generales del Estado y ofrecer un marco estable a inversores y empresarios. Así lo aseguran CEOE, Cepyme, la Fundación de Cajas de Ahorros Funcas o el Banco de España, si bien todos ellos reconocen que los avances del PIB de los últimos tiempos han sido superiores a los inicialmente esperados.
Ahora bien, "no todo es eterno. La inercia influye mucho en la evolución económica, por lo que en cierto modo es normal que el año haya seguido avanzando a buen ritmo teniendo en cuenta que crecimos el 3,2% el año pasado", explica Miguel Angel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).
Bernal asegura que pese a que hay datos que corroboran que el avance prosigue, "los economistas estamos detectando algunos datos adelantados muy preocupantes". A su juicio, no sería de extrañar que el PIB reflejase un avance "de tres o cuatro décimas" en el último compás del año, y cita el retroceso de las operaciones de crédito de más de un millón de euros como síntomas más llamativos.
A esa caída en las operaciones de crédito le pone números Antonio Garamendi, vicepresidente de CEOE y presidente de Cepyme. Garamendi habla de una bajada "a un ritmo del 40% interanual", algo que pone de manifiesto que la economía española "va a empezar a cojear en el último trimestre". "El año que viene podríamos crecer al 3,3% y nos vamos a encontrar con que el avance será solo del 2,3%", manifiesta.
El aumento de los precios del petróleo, previsible tras el acuerdo de la OPEP del pasado martes; y la inflación, que tras dos años renqueando ofrece la primera tendencia clara al alza, colaborarán en una pérdida de ímpetu del PIB, aunque es la caída de la inversión foránea la que más puede perjudicar a la evolución económica. Miguel Cardoso, de BBVA Research, explicaba recientemente que la inestabilidad política "ya está afectando a proyectos de inversión a medio y largo plazo", impidiendo a las empresas aprovechar las condiciones financieras favorables de unos tipos "históricamente bajos".
Los datos de inversión foránea del Ministerio de Economía dan fe de ellos. En el segundo trimestre, antes de los comicios del 26 de junio, España recibió un 47% menos de dinero de lo que había obtenido en el mismo periodo del año anterior. La caída anual acumulada bordea el 30%.
Datos para todos los gustos
Datos como las entradas de pedidos de la industria; la cifra de negocio empresarial; o el PMI de manufacturas, que en agosto reflejó su nivel más bajo en dos años, ponen de manifiesto que las señales de ralentización ya han llegado. Desde Crédito y Caución también recuerdan que la deuda de las familias "ha vuelto a crecer por primera vez en muchos trimestres" tras un intenso proceso de desapalancamiento, si bien desde la aseguradora también resaltan que hay otros datos como los de exportación, los de insolvencia o los de constitución de hipotecas que están poniendo de relieve una enorme fortaleza económica interna.
La tesis de un avance de 4 décimas, compatible aún así con un crecimiento interanual de más del 3% por el que ya apuestan Gobierno, patronal empresarial y Banco de España, encuentra eco en numerosas casas de análisis del exterior. La agencia Moody's augura, por ejemplo, un frenazo de esta misma envergadura, y cree incluso que el avance anual del último tramo del año apenas ascenderá al 1,5% del PIB.
Desde Focus Economics, que recoge mensualmente las previsiones de crecimiento elaboradas por más de 30 entidades europeas, advierten de que una mayoría de las mismas calcula un avance trimestral de cinco décimas, en cualquier caso notablemente inferior al 0,7% previsto en el tercer trimestre y al 0,8% de los anteriores. Por último, la Autoridad Fiscal AIReF eleva esa previsión, por ahora, al 0,6%.