
Como aperitivo a la cumbre del Grupo de los 20 que se celebra en la ciudad china de Hangzhou, el Fondo Monetario Internacional avisó ayer sobre el débil crecimiento que experimenta la economía mundial y las ·dinámicas negativas· que ensombrecen el largo plazo. Un mensaje que llegó respaldado por su propia directora gerente, Christine Lagarde, quien reconoció que es probable que la institución rebaje de nuevo sus previsiones globales para este año tras el enclenque repunte de la demanda, el comercio y la inversión.
Lagarde dijo a Reuters en una entrevista que los líderes del G-20 tienen que hacer mucho más para estimular la demanda, reforzar el escenario para el comercio y la globalización, y luchar contra la desigualdad. "Podríamos decir que el Brexit no está causando la enorme crisis que esperábamos, podemos decir que la transición china transcurre razonablemente bien y que los precios de las materias primas han subido un poco", declaró la funcionaria. "Pero esto es sólo superficial", matizó.
"Cuando analizamos en profundidad los prospectos de crecimiento económico, al nivel del potencial de expansión, de productividad, no estamos recibiendo buenas señales y probablemente tendremos que revisar a la baja nuestras previsiones sobre el crecimiento en 2016", afirmó. Unos cambios que podrían materializarse en la próxima asamblea anual del FMI que se celebrará a partir del próximo 7 de octubre en la capital estadounidense.
Recordemos que el Fondo ya rebajó en julio en una décima sus perspectivas de crecimiento mundial para este año y 2017, que quedaron en el 3,1% y 3,4%, respectivamente. La institución presentó el jueves un informe elaborado por su funcionario, Helge Berger, donde se informó que economías avanzadas, como la estadounidense van a crecer este año "menos de lo esperado" y que, en el caso de las emergentes, se están viendo "señales mixtas".
Impacto a corto plazo
Desde Washington señalaron que "más progreso es urgente" por parte de los miembros del G20, sobre todo porque el grupo "no está cumpliendo" con la meta de elevar el Producto Interior Bruto mundial en un 2% adicional para 2018.
Asimismo, el FMI recomendó la adopción de políticas monetarias y fiscales para "apoyar el crecimiento a corto plazo" mientras se acelera "el impacto positivo de las reformas estructurales".
La directora gerente del Fondo aprovechó también para defender la globalización y tachó de "fácil" el culpar al comercio de todos los males que aquejan a un país. Sin embargo, advirtió que "frenar el libre comercio sería parar un motor que ha generado ganancias de bienestar sin precedentes en todo el mundo durante muchas décadas".