
La Comisión Europea ya tiene en su poder las razones y, sobre todo, los nuevos compromisos asumidos por España y Portugal para librarse de la primera sanción económica en la historia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea.
Después de que España enviase la pasada semana su carta, Lisboa hizo lo propio ayer. Y, como en el caso de Madrid, el Gobierno lusitano también ha prometido nuevas medidas para el caso de que se desvíen de la senda fiscal que esperan que establezca la Unión Europea para equilibrar sus cuentas al anunciar la multa.
La carta enviada al Ejecutivo comunitario, y vista por este diario, indica que "el Gobierno portugués está preparado para adoptar medidas fiscales para corregir cualquier desviación en la ejecución presupuestaria".
Para ello, el Ministerio de Finanzas luso indica que cuenta con unas "medidas de contingencia" de unos 542,8 millones de euros (un 0,3% del PIB), procedentes principalmente de partidas de gasto de los ministerios que podrían ser canceladas.
La carta portuguesa llega tras la misiva española enviada la pasada semana, en la que el Gobierno prometió retocar el impuesto de sociedades para aumentar en 6.000 millones de euros la recaudación de los dos próximos años. Además, indicó que adelantaría a este mes de julio el cierre del presupuesto de este año para ahorrar otros 1000 millones de euros.
La decisión comunitaria
Con las dos cartas en su poder, se espera que la Comisión Europea tome la decisión sobre la multa en los próximos días. Aunque inicialmente se consideró acelerar el anuncio del castigo una vez que ambos países hubieran presentado sus argumentos, la decisión llegará finalmente la semana próxima, casi con seguridad el 27 de julio, según informaron fuentes comunitarias a este diario.
El montante de la multa puede llegar a alcanzar el 0,2% del PIB, además de la congelación de los fondos estructurales para el próximo año. En el caso de España, implicaría una cantidad cercana a los 2.100 millones de euros, y en el caso de Portugal, unos 346 millones de euros.
Sin embargo, se espera que la Comisión Europea reduzca la cuantía de la sanción a una cantidad simbólica, aunque mantenga a ambas economías bajo una estrecha vigilancia para garantizar el cumplimiento de los ajustes.
Redoblar los esfuerzos
La manga ancha que se espera del Ejecutivo comunitario respecto a la multa no se traducirá en una generosidad absoluta a la hora de pedir los ajustes.
Además del objetivo de reducir el déficit nominal por debajo del 3 por ciento, a Bruselas le importa la manera de conseguirlo, más aun cuando España se ha fiado a las benignas condiciones económicas. Por eso, se espera que la Comisión Europea pida a España la próxima semana un esfuerzo estructural (al margen del ciclo económico) de al menos el 0.75 por ciento del PIB, y a Portugal del 0.85 por ciento en 2016 y 2017.