
El Banco Central Europeo ha publicado un documento en el que insinúa que los gobiernos periféricos 'presionaron' a sus bancos para que comprasen bonos públicos durante los momentos más críticos de la crisis de deuda soberana en la Eurozona. Ahora, los balances de estas entidades tienen un exceso de deuda soberana de sus países, lo que puede suponer un problema ante determinados shocks.
Los economistas del BCE Steven Ongena, Alexander Popol y Neeltje Van Horen señalan en el documento The Invisible hand of the government: 'Moral suasion' during the European sovereign debt crisis, que los bancos aumentaron las compras de deuda soberana (de sus países) sobre todo en los Estados que tenían problemas fiscales.
"Este efecto fue aún mayor para los bancos públicos y las entidades que partían con una exposición escasa a la deuda soberana doméstica... Nuestros resultados señalan hacia un mecanismo de 'persuasión moral'", sostiene el informe de la institución monetaria.
Los bancos incrementaron de con celeridad su exposición a la deuda soberana entre los años 2010 y 2012. Expertos y políticos presionaron a los bancos para que apoyasen a sus gobiernos, aunque no se puede demostrar de forma irrefutable, los datos dejan entrever como una 'mano invisible' (los gobiernos) pudo alterar las decisiones de los bancos para que volcasen sus compras hacia este tipo de activos soberanos.
Bancos nacionales vs extranjeros
"Nuestro análisis confirma que durante la crisis de deuda soberana, los bancos domésticos tuvieron una propensión superior a la de los bancos extranjeros a comprar deuda soberana... Esto indica que los gobiernos escogen estratégicamente a los bancos sobre los que ejercer influencia", destaca el texto de estos expertos.
Los países en los que este fenómeno se ha producido con más fuerza son Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y España, donde se ha estudiado los datos mensuales del balance de 60 bancos antes y durante la crisis deuda soberana de la Eurozona.
"Esto muestra que los bancos y los gobiernos pueden y han colaborado durante tiempos de estrés fiscal. Esto puede ayudar a estabilizar el sistema justo cuando otros jugadores se están retirando del mercado... esto puede ser especialmente beneficioso cuando los mercados están sobrerreaccionando", explica el informe en las conclusiones.
Sin embargo, esto también puede suponer un riesgo para el balance de los bancos al reducir la diversificación del mismo. "Hay que trabajar para reducir este riesgo. Un primer paso puede ser reducir las posibilidades de que un banco termine necesitando ayuda de su gobierno. Para alcanzar este fin, introducir unos ratios de capital más elevados y establecer una unión bancaria europea con una supervisión común puede ser un gran paso para reducir este bucle fatal".