
El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó a última hora del lunes su radiografía sobre la marcha económica de Italia, bajo el artículo IV que rige a sus 189 miembros. Una revisión rutinaria pero que este año cuenta con una atención especial dados los quebraderos de cabeza que el sector bancario del país están generando en los mercados. Los partidos alemanes rechazan un rescate a la banca italiana.
Precisamente, los balances de los bancos son uno de los lastres de la frágil y modesta recuperación de la economía italiana, que no recuperará los niveles de crecimiento previos a la crisis hasta mediados de la próxima década, "lo que implica casi dos décadas perdidas, una brecha de ingresos con sus vecinos europeos y la vulnerabilidad de su sistema financiero", avisan desde Washington. Por su parte, Matteo Renzi asegura estar más preocupado por otros bancos europeos que por los italianos.
Con una deuda pública que en estos momentos alcanza el 133% del PIB, la segunda más alta de la eurozona, y una rigidez estructural, que se materializa en una ineficacia en los servicios, unos salarios que exceden la productividad o unos impuestos elevados, entre otros factores, Italia se enfrenta probablemente "a dos décadas perdidas", mientras sus vecinos acumulan un crecimiento de un 20 a un 25% hasta mediados de la próxima década.
El PIB de Italia crecerá este año un 1,1% y sumará dos décimas más en 2017 mientras el paro se situará en el 11,4 y el 10,9%, respectivamente. Con estas cifras como referencia, el Fondo estimó que el crecimiento italiano podría ser demasiado débil como para acabar con la fragilidad de su sistema financiero, con los balances de los bancos postulándose como el eslabón más vulnerable para la economía.
'Activos tóxicos'
Para los funcionarios de la institución capitaneada por Christine Lagarde, "los bancos enfrentan retos significativos en lo que a la calidad de sus activos y la baja rentabilidad de su capital se refiere". El año pasado, los préstamos en mora dentro de los balances bancarios alcanzaron el 18% del total de los créditos, es decir, más de 360.000 millones de euros.
En estas condiciones, la rentabilidad del capital de la banca italiana alcanzó una media del 3,1%, por debajo de la media europea. "Pese a que los datos recientes sugieren que los préstamos en mora se han estabilizado y la rentabilidad ha comenzado a mejorar, los elevados niveles de préstamos tóxicos y las provisiones asociadas con ellos han lastrado la capacidad de beneficios de los bancos", incidieron los técnicos que componen la Misión para Italia del FMI.
En este sentido, una rentabilidad mermada por los préstamos en mora limita los esfuerzos de la banca italiana a la hora de engordar sus colchones de capital que a su vez ayudan a limpiar los balances de las entidades bancarias.
En esta espiral, una demanda anémica y el estado de los balances merma el crecimiento del crédito y dificulta la recuperación de la economía. En un esfuerzo por determinar las tareas que enfrenta el sector financiero del país, el Fondo analizó la rentabilidad actual y proyectada de los quince bancos italianos más importantes.
Análisis
Bajo las proyecciones actuales de sus pérdidas, los préstamos concedidos actualmente de la mitad de los bancos analizados, que suponen el 83% del sector bancario si tomamos como referente todos los préstamos, generarían una rentabilidad del capital del 0,7% a finales de 2015. Sin embargo, tres de los bancos más pequeños, que contabilizan cerca del 5% de los préstamos italianos, experimentarían pérdidas a los ritmos de concesión de crédito actual.
La rentabilidad total del capital de los quince bancos alcanzaría el 2,1%. Aún así, el FMI advirtió de que "existen un número de bancos pequeños en el sistema con una calidad de sus activos debilitada y una rentabilidad mucho menor que los quince grandes".
Los expertos del FMI consideran que el deterioro en la calidad de los activos del sector bancario ha sobrepasado la cobertura sostenible de provisiones, de ahí que se pida una mayor eficacia operacional.
En un escenario base como el actual, la institución considera que la banca italiana acumulará una rentabilidad media del 3,2% en los próximos tres años, lejos del 13,8% de antes de la crisis. Aún así avisa que en el caso de que la economía registrase un deterioro adverso o un estancamiento, esta rentabilidad registraría una lectura negativa del 8,4% en el primer caso y un tímido crecimiento del 0,8% durante los próximos 72 meses.
Reclama una supervisión más estricta
El FMI recomienda al Gobierno italiano que profundice en las reformas, especialmente en lo que a servicios se refiere, un hecho que fomentaría la competitividad y permitiría aplicar medidas fiscales y financieras más agresivas.
También pide alienar los sueldos con la productividad además de implementar completamente todas las reformas del sector público. Al mismo tiempo reclama que acelere la reparación del sistema financiero, con una supervisión más estricta y una bajada rápida de los préstamos en mora en los próximos años.