Economía

La economía colaborativa es para jóvenes ricos y con estudios

  • Faltan estudios para demostrar que crean riqueza

La pomposamente calificada como economía colaborativa parece no alcanzar a toda la población. De hecho, a juzgar por los datos de un estudio realizado por el Pew Research Center, las nuevas plataformas que ponen en contacto a particulares que abogan por acabar con la regulación del taxi u hotelera, y a particulares que buscan una salida convirtiéndose sobre el papel en empresarios a tiempo parcial, son un coto reservado a los más pudientes y con mayor nivel de estudios.

Si se divide la población estadounidense en tres grupos diferentes en función de la renta, apenas el 10% de los que cobran menos de 30.000 dólares al año usan el servicio de taxis sin licencia Uber, y son sólo el 12% de aquellos cuya renta está entre los 30.000 y los 75.000 dólares. Por encima de este último nivel, la proporción de usuarios se dispara hasta más del 25%.

Algo parecido ocurre con Airbnb, la web de alquiler de pisos para uso turístico: la proporción de usuarios sobre la población total es, respectivamente, de menos del 5%, menos del 10% y cerca del 25% en cada uno de los tres niveles de renta.

Curiosamente, y pese a la constante presencia de estos servicios en los medios de comunicación, muchos estadounidenses nunca han oido hablar de ellos. El 50% de los que ingresan menos de 30.000 dólares no saben qué es Uber, y el 64% tuerce el gesto cuando se le pregunta qué es Airbnb.

El estudio de Pew Research reconoce que las escasas cifras de uso de la plataforma de pisos turísticos son normales, puesto que quienes menos tienen son también quienes menos viajan por motivos de placer. En el caso de Uber la explicación es más compleja, puesto que la compañía de taxis es utilizada de forma más o menos igual entre las diferentes razas (que correlacionan de forma fuerte con el nivel de renta) y de hecho da servicio a zonas donde las compañías de taxis no se atreven a entrar. Pese a ello, una tendencia parece clara: en ambas plataformas los usuarios más habituales son también los más jóvenes.

Sin datos ciertos

El informe viene a arrojar algo de luz a un sector sobre el que, pese a sus anunciados beneficios en términos de creación de empleo y riqueza, apenas hay datos que demuestren ese postulado.

Hasta ahora los estudios venían centrándose en los oferentes en estos mercados, y parecen demostrar que existe una división entre plataformas que ofrecen trabajo (como Uber), en las que los prestatarios son trabajadores a tiempo parcial que necesitan complementar varias fuentes de renta para salir a flote, y las que ofrecen capital (como Airbnb), en la que los pisos que se ofrecen para alquilar son más un ingreso extra que una necesidad.

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