Economía

Brasil induce a Latinoamérica a su peor recesión desde los años 80

  • Bank of America Merrill Lynch alerta sobre los créditos mororos brasileños

Latinoamérica se ha convertido en una economía que opera a dos velocidades, según advertía el Fondo Monetario Internacional en sus Pespectivas Económicas Regionales presentadas ayer.

A la cola y lastrando el crecimiento de toda la región se posiciona Brasil, con una contracción de su PIB que volverá a alcanzar el 3,8%. En la misma línea se posiciona Venezuela, habitual en la lista negra de la institución, que no sólo sufrirá una recesión del 8%, sino que verá cómo su inflación llega a límites insospechados.

Quizás es Argentina, con una contracción del 1%, la que, pese a morder el polvo en 2016, toma nota para formar parte de las locomotoras de la región a partir de 2017. El año que viene, si las condiciones lo permiten, el FMI señala que la región se recuperará con un avance estimado del 1,5%.

Sin embargo, la incertidumbre política que acecha a la mayor economía de América Latina, donde su presidenta, Dilma Rousseff, cuenta las horas para enfrentarse a un posible proceso de destitución, no hace más que retrasar la implantación de medidas que garanticen un crecimiento sostenible a medio plazo.

Brasil, junto a Chile, Perú, Uruguay y Venezuela, forma parte de los países directamente afectados por el debilitamiento de la demanda en China, un socio comercial que recibe entre el 15 y el 25% de las exportaciones de los países mencionados. "Una desaceleración mayor a la esperada en China contribuiría a una mayor caída en los precios de las materias primas y aumentaría los riesgos corporativos", recalca el FMI.

"Un mayor deterioro" 

En este sentido, los funcionarios del Fondo avisaron de que "un mayor deterioro" de la coyuntura económica brasileña podría forzar una brusca revisión de los precios en los activos regionales, lo que provocaría una caída de las exportaciones con sus socios comerciales en Latinoamérica y mermaría aún más la confianza.

Recordemos que América Latina no registraba dos años consecutivos de crecimiento negativo desde la crisis de deuda que azotó a la región en 1982 y 1983.

Desde Bank of America Merrill Lynch, sus economistas David Beker y Ana Madeira reseñan en un informe que los préstamos morosos, que aumentaron un 3,4% hasta diciembre de 2015 en tasa interanual, "no reflejan el actual nivel de apalancamiento de la economía, impactado por la caída de los salarios, un menor poder de compra y el aumento del paro".

La posibilidad de renegociar parte de estos préstamos, que afectan tanto al consumo privado como a las empresas, parece haber mitigado los niveles de impago. Beker y Madeira avisan que esto podría cambiar si se asume que el consumo privado podría caer un 4,8 en 2016 y las inversiones contraerse un 7,6%.

Dicho esto, la región en su conjunto cuenta con economías cuyos motores mantienen un crecimiento sostenido, como Perú, que se ha fortalecido gracias a las reformas implantadas y crecerá este año un 3,7%. A medida que Estados Unidos mantiene su velocidad de crucero, aunque con baches, las perspectivas de crecimiento para las economías vecinas, como la de México y América Central se mantienen "relativamente" sólidas, con un crecimiento estimado del 2,4% en el país azteca.

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