
Los economistas César Molinas y Pilar García Perea consideran que "la obsesión por la igualdad" ha sido uno de los males endémicos del sistema educativo español, que se ha convertido "en una auténtica máquina de generar parados" y que en términos generales ha dado lugar a una enseñanza mala o mediocre.
La reforma en profundidad de la educación y del mercado de trabajo son las condiciones necesarias para acabar con la "aberrante" tasa de desempleo y la precariedad laboral en España, que no obedece estrictamente a causas económicas, sino sobre todo estructurales, según defienden ambos economistas en su libro "Poner fin al desempleo. ¿Queremos? ¿Podremos?".
La publicación del libro es consecuencia de un estudio encargado por la Fundación de Estudios Financieros (FEF), que fue presentado el pasado verano con propuestas polémicas como hacer que la indemnización por despido tenga carácter finalista y solo se pueda usar para formación mientras no se encuentre un nuevo trabajo.
Reformar políticas ineficaces
Este cambio debería estar acompañado de una decidida voluntad política por reformar las "ineficaces" políticas activas de empleo, que creen que nunca han existido en España, según explican los autores en el libro.
Al respecto añaden que los gobiernos han preferido siempre centrar las ayudas al empleo en bonificaciones temporales a la Seguridad Social para determinados colectivos, porque resultan más fáciles de implementar, aunque sus resultados sean "muy dudosos".
Asimismo proponen un contrato unificado, para que la indemnización por la rescisión del contrato sea la misma en todos los casos y dependa únicamente de la antigüedad del trabajador, y apuestan por acabar con la cláusula "erga omnes" que obliga a las empresas a aplicar el convenio colectivo del ámbito al que pertenezcan, aunque no se hayan adherido a él.
Además, ven necesario acabar con el activismo judicial que, en su opinión, lleva a los jueces a fallar sistemáticamente a favor del trabajador, una situación que consideran heredada de las leyes "paternalistas" del franquismo.
Como contrapartida sugieren potenciar la mediación extrajudicial y establecer que los jueces no entren a valorar los aspectos económicos de las relaciones laborales, sino solo la existencia de vulneración de derechos fundamentales.
Transformar el sistema educativo
Para que todas las reformas del mercado laboral sean plenamente eficaces, Molinas y García Perea hablan de la importancia de una transformación del sistema educativo que aumente la empleabilidad de las personas de cara a un futuro en el que tendrán que cambiar de trabajo con frecuencia y en el que habrán desaparecido todos los trabajos que no tengan algún componente de creatividad.
En este sentido, defienden un sistema de excelencia que saque a estudiantes de las universidades, "la mayoría mediocres y malas", para traspasarlos a la formación profesional.
A su juicio, hay "demasiados estudiantes universitarios, muchos de los cuales tienen problemas de comprensión lectora y de cálculo elemental, que nunca encontrarán ocupaciones relacionadas con su formación".
Este es uno de los polos del "disfuncional" sistema educativo español, que en el lado opuesto tiene el fracaso escolar y la infracualificación de unos jóvenes "a los que no se les ha enseñado a hacer nada" y carecen de capacidades profesionales específicas.
La formación profesional
Ante esta situación, proponen cambiar los métodos de enseñanza "desde preescolar", para fomentar la educación en la creatividad y una formación profesional adaptada a las necesidades de las empresas y deje de ser "una alternativa al fracaso escolar".
"La formación profesional no ha sido una opción válida ni para los alumnos ni para las familias", lamentan los autores, que critican un sistema enfocado a preparar a los alumnos académicamente para ir a la universidad.