Economía

Las divisas no hacen caso a los bancos centrales y siguen su escalada

  • Algunos expertos advierten de que los tipos negativos confunden al mercado
Shinzo Abe ha emprendido una agresiva estrategia para generar actividad que no está dando resultado. GETTY

El mercado parece estar contrarrestando todos los esfuerzos de los bancos centrales de medio mundo por abaratar sus respectivas divisas en el mercado global como parte de una estrategia más amplia, que incluye tipos de interés cero e incluso negativos, para intentar reanimar la actividad económica.

Tomemos como ejemplo el caso del Banco de Japón, que el pasado mes de enero dejó los tipos de interés en negativo (el emisor cobra a la banca por mantener sus depósitos), y en cuyo balance atesora ya activos por valor de más de un 70% del PIB del archipiélago. Pues bien: su política no está funcionando, y el dólar no ha dejado de caer. El jueves, para comprar la divisa de referencia hacían falta ya 111,39 yenes.

En Noruega, la rebaja de tipos de ayer hasta el 0,5% (un nivel inédito en el país) podría ser sólo un paso más hacia los tipos negativos, pero tampoco eso ha evitado que la Corona se apreciase frente al dólar y frente al euro.

Y respecto a la moneda única, una semana después de una nueva bajada del precio del dinero seguía subiendo un 0,8% diario frente a los billetes estadounidenses, y el lo que va de año se ha apreciado un 4,8%.

En términos sencillos, parece estar ocurriendo justo lo contrario de lo que las autoridades monetarias pretenden, que es rebajar el atractivo de sus divisas. Para empezar, cuando todos los actores del mercado deprecian al unísono y con la misma intensidad sus monedas, el mercado se encarga de anular ese efecto.

Pero detrás del comportamiento actual subyace una preocupación más honda: que, de hecho, las divisas se hayan desacoplado de los tipos de interés. Sería un síntoma más, para algunos, de que las novedosas políticas están comenzando a crear demasiados efectos secundarios, y eso sin ni siquiera conseguir sus objetivos principales.

Ya hay varios países en los que la deuda pública (el activo por definición más seguro) renta por debajo de cero, y se podría estar enviando la señal equivocada a los inversores. Así lo cree Anthony Cronin, de Société Générale, citado en The Wall Street Journal: "se está incitando sutilmente a los ahorradores a que acumulen líquido o, lo que es aún peor, a que ayuden a inflar burbujas, alejándose de la seguridad de la deuda soberana e introduciéndose en otros mercados a pesar de lo que dicen los fundamentales", los datos básicos sobre la valoración de cada activo.

"La mano que tenía el Banco Central Europeo ya la ha jugado", explica en el citado diario Alan Ruskin, máximo responsable de estrategia respecto a las 10 mayores divisas en Deutsche Bank, que explica que "el mercado de divisas ha dejado de responder a las acciones del BCE".

Donald Ellenberg, de Federated Investors, advierte por su parte de que no conviene subestimar la creatividad de los emisores a la hora de encontrar fórmulas para estimular la economía, aunque reconoce que estamos en terreno inexplorado: "No hay un laboratorio en el que puedan practicar. Los bancos centrales están experimentando sobre la marcha".

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