
La Comisión Europea quiere que, en este complicado año, se tomen las reglas fiscales en serio. Y uno de los claros candidatos para sacar músculo es España. La Comisión no sólo enviará hoy una carta a España, elevando la presión sobre el conjunto del Estado para que cumpla con su objetivo de déficit, como adelantó ayer elEconomista, sino que también someterá a un estrecho marcaje a nuestro país por sus desequilibrios macroeconómicos, según indicó ayer el vicepresidente Valdis Dombrovskis.
Los desajustes de la economía española que más preocupan en Bruselas son el elevado endeudamiento, tanto público como privado, y las abultadas cifras de desempleo, las segundas más altas en la UE.
Vuelven los 'hombres de negro'
Dombrovskis elogió el progreso logrado por España, que "ha conseguido darle la vuelta a la economía", pero insistió en que "persisten importantes desafíos". Al sufrir "desequilibrios macroeconómicos", la economía española se someterá a una vigilancia "muy estrecha".
Como parte de este control, Bruselas contempla enviar misiones de funcionarios comunitarios a nuestro país y reforzar el diálogo político con las autoridades españolas.
España no es el único país que se verá afectado por este marcaje más estrecho, ya que una docena de países en situación similar o incluso con "excesivos" desajustes, como Francia o Italia, correrán la misma suerte.
Sin embargo, España será el único país que hoy recibirá una "recomendación autónoma" de la Comisión para alertarle del "serio" desvío respecto a su trayectoria de ajuste fiscal. El Ejecutivo comunitario decidió ayer retrasar un día esta notificación para informar a las autoridades nacionales.
Bruselas también retrasó las otras cartas previstas con un mensaje similar que hoy recibirán Bélgica, Finlandia, Croacia, Italia y Rumanía, según informaron fuentes comunitarias a elEconomista.
Las mismas fuentes dijeron que el toque de atención a España es de particular importancia por encontrarse bajo el procedimiento de déficit excesivo, al estar "seriamente" desviada de la senda para recortar el déficit por debajo del 3% a finales de este año. Por eso, desde el punto de vista del barroco procedimiento comunitario, España recibirá una recomendación autónoma, un instrumento de control contemplado en las reglas de gobernanza económica, mientras que en el caso de los otros países será una simple misiva.
España deberá esforzarse más
Bruselas responde pidiendo más esfuerzos a la solicitud de los partidos españoles de contar con un año adicional para recortar el déficit. Un ajuste adicional según sus cálculos de unos 8.000 millones.
Más aún, según las mismas fuentes, el aviso no se limita sólo al mal comportamiento de las cuentas de las autonomías, tal y como achacó el ministro Luis de Guindos. Bruselas y el FMI llevan meses advirtiendo del alicaído esfuerzo estructural registrado en España en la segunda mitad de legislatura.
Mientras culpaba a las CCAA del desvío, Guindos apuntó que el Gobierno sabe, aunque esté en funciones, cuál es el contenido de la ley presupuestaria y hará lo que tenga que hacer. Añadió que ante un Gobierno en funciones, "no creo que Bruselas vaya pedir ir más allá", es decir "medidas adicionales", cuando el Ejecutivo tenga que enviar el próximo mes sus planes de reforma nacional a Bruselas, junto con el resto de socios del euro.
La Comisión no termina de desvelar hasta qué punto presionará a España en mayo, cuando publique sus recomendaciones basadas en los planes enviados por Madrid. Dombrovskis admite: "Somos conscientes de la situación política en España". Pero, como subrayó en entrevista con elEconomista, la inestabilidad política "no libera a un país de sus obligaciones" con el pacto de Estabilidad y las reglas de gobernanza económica europea. "Las reglas son las reglas", apuntó Guindos en una rueda de prensa en la que también se quiso vestir de fiel defensor de las normas del euro.