
Grecia fue ayer el país europeo en el punto de mira de las dos reuniones que mantuvieron de manera paralela los ministros de Finanzas del euro (el Eurogrupo) y la cumbre de los líderes de la UE con Turquía. Tras meses de tiranteces con el Gobierno de Alexis Tsipras, tanto por la negociación del tercer rescate de ayuda como por su gestión de la crisis de los refugiados, el Ejecutivo heleno recibió ayer algo de alivio de sus socios de la UE.
Mientras los líderes intentaban cerrar un acuerdo para devolver a territorio turco miles de refugiados para aligerar la presión en sus islas, el Eurogrupo acordó dar un impulso a la revisión del programa de ayuda, para así empezar a renegociar los términos de la deuda contraída con la eurozona.
El comisario de Economía, Pierre Moscovici, anunció que los jefes de misión de las instituciones regresarán hoy a Atenas para cerrar la negociación lo antes posible. Y eso a pesar de que, como reconoció el comisario francés, todavía quedan puntos abiertos, como la creación del fondo para la privatización de activos griegos, el tratamiento de los créditos dudosos de los bancos, la reforma del impuesto sobre la renta, los objetivos fiscales y, sobre todo, la reforma de las pensiones.
A pesar de los frentes abiertos, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, recordó a sus colegas que la discusión sobre el alivio de la deuda griega tendrá que empezar pronto, tal y como reconoció en la rueda de prensa. El holandés comentó que esta discusión podría arrancar incluso antes de que concluya la primera revisión de este tercer paquete de ayuda, bajo el que ya se han desembolsado 21.500 millones de euros para Atenas.
En pocas semanas, Grecia quedará como el único país bajo un rescate europeo, ya que este mes Chipre cierra el suyo, sumándose a Irlanda, Portugal y España, todos ellos con sus programas de asistencia concluidos.