
Al sueño americano le quedan dos meses para hacerse realidad. Será en noviembre cuando los estadounidenses acudan a las urnas para elegir quién ocupará durante cuatro años la Casa Blanca. Por un lado, el veterano de guerra John McCain, un hombre al que su edad no le ha impedido presentarse como candidato. Frente a él, Barack Obama, un hombre que empezó a despuntar como orador en las pasadas elecciones.
Por primera vez en mucho tiempo las diferencias entre los candidatos no son sólo ideológicas; las físicas también son evidentes. Y pueden jugarles malas pasadas a la hora de convencer a los escépticos. "Si hubiera sido candidato en la década de los 50, cuando la radio era la que hacía ganar o perder unas elecciones, el candidato demócrata ganaría por mayoría.
Los organizadores de los mítines saben potenciar su voz, que es increíble y que domina el escenario. Puede parecer inexperto, pero cuando abre la boca lo tiene todo ganado", explica Carmen Thous, experta en comunicación e imagen.
"Rompe los esquemas con lo establecido", dice Jacobo Benbunan, socio fundador de Saffron Brand Consultants. "Está haciendo la mejor campaña de marketing político de la historia. Ha utilizado el mismo concepto de cambio que Felipe González en el 82", explica Alberto García-Casillas, socio de Thinking Heads y experto en oratoria política.
La gestualidad le ayuda
García Casillas señala la oportunidad de conocer otras culturas de Obama al haber vivido en varios países, su formación en Harvard, la gestualidad que utiliza al hablar "absolutamente brillante y ese gesto con los dedos que hemos visto en las imágenes del Pantocrátor". Pero todos estos rasgos tan interesantes para los ojos europeos pueden volverse en su contra. "Para el electorado resulta demasiado ambivalente. Es negro pero no, es cristiano pero no", dice Benbunan.
García-Casillas también señala tres dificultades a las que tiene que enfrentarse el candidato demócrata en estos meses de sprint electoral. "Para sus enemigos, ese carisma está muy asociado a la figura del iluminado, del vendemotos... alguien que utiliza palabras demasiado bonitas, pero que no tiene ni idea de cómo llevarlas a cabo. Es negro, y eso en la América profunda aún pesa. Y es joven, con lo que le falta experiencia", cuenta.
Es éste quizá el principal obstáculo de Obama. "En Estados Unidos se vota la seguridad en vez de la inexperiencia", señala rotunda Pascale Bang-Rouhet, gerente de ExpresArte. "Y la juventud de Obama puede generar inquietudes. Muchos pueden pensar qué hay detrás de esa fachada", añade.
John McCain, el héroe de guerra
Mucho menos cuidada tiene su imagen externa John McCain. Pero para muchos funciona. Reúne, según Jacobo Benbunan, los ingredientes perfectos para el electorado de Estados Unidos: "Tiene el pedigrí de prisionero de guerra, que peina canas, que ha sabido crear un patrimonio partiendo de una situación económica modesta... Son signos que uno encuentra muy a menudo en Estados Unidos. Un país con muchas contradicciones. Es el mundo de Apple, de Hollywood, pero también es muy convencional y muy formal a la hora de trabajar".
Otros no lo tienen tan claro. "Camina mal por culpa de una cojera consecuencia de la guerra y gesticula menos", señala Pascale Bang-Rouhet. "No tiene ni la edad, ni el físico ni la forma de vestir para ganar las elecciones", dice sin dudarlo Carmen Thous.
Problema o solución
Pero ya no es sólo cuestión del candidato republicano. Su mujer Cindy parece ser un problema. "La imagen de su esposa no le beneficia en absoluto. Parece una modelo alejada de la realidad, ejemplo del sueño americano que está pasado de moda", dice Thous, quien nos recuerda su pasado: multimillonaria, con una adicción superada a los fármacos de la que mucho se ha hablado y escrito.
Un aspecto que, lejos de perjudicarle, da puntos a la candidatura de su marido. "Que alguien haya superado una adicción lo enaltece. El país sigue muy apegado a la ética protestante que valora mucho saber recuperarse de los problemas y que cree en la capacidad de superación ", cuenta Alberto García-Casillas.
Cindy y Michelle, dos mujeres también opuestas y que pesan mucho a la hora de decidir voto. "Las mujeres en Estados Unidos siempre desempeñan un papel importante. En España no es tan necesario porque existe la Familia Real, y Zapatero es bastante discreto con los suyos", dice Bang-Rouhet.
Michelle Obama, ¿La nueva Jackie Kennedy?
Si Obama es la reencarnación de Kennedy, a su esposa Michelle le toca el papel de Jackie, a la que muchos han sacado parecido. Pero Michelle no tiene sólo buena percha. Tiene un nivel de formación altísimo y antes de que Obama se convirtiera en peso pesado de la política americana, cobraba bastante más que él. "Tiene un buen CV y eso es importante, porque en Estados Unidos los negros no tienen clase media. O son extremadamente pobres o por el contrario muy ricos", dice Pascale Bang-Rouhet.
Pero algunos no le perdonan que haya dejado su puesto y haya subido a la familia a la palestra mediática. García Casillas la disculpa y señala que "el norteamericano medio no entiende que la mujer de un presidente trabaje fuera de casa". La respuesta, sea blanco o negro, en dos meses.