
En una declaración entre lloros, el ministro de Economía japonés, Akira Amari, ha presentado su dimisión tras ser investigado por tráfico de influencias al aceptar sobornos de una constructora. Amari era una pieza clave del programa 'Abenomics' del Gobierno japonés y podría ser sustituido por Nobuteru Ishihara, hijo del polémico exgobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, y exministro de Transporte (2003-2004) y de Medio Ambiente (2012-2014).
Amari ha admitido haber recibido un millón de yenes (unos 7.700 euros) de dicha compañía, aunque ha explicado que informó a sus secretarios para que registraran dicho importe como una donación política, una indicación que, según el exministro, no habrían acatado.
En particular, hace una semana la revista japonesa Shukan Bunshun acusaba a Amari y a su entorno de aceptar dinero de una compañía constructora a cambio de ayudarles a recibir una compensación del Gobierno por disputas sobre la propiedad de la tierra y por la retirada de residuos de un lugar de obras públicas.
Según el artículo, un miembro de la constructora había admitido haber dado 12 millones de yenes (95.000 euros) a Amari y a sus ayudantes para que les ayudasen durante las negociaciones con la Agencia de Renacimiento Urbano, una promotora inmobiliaria afiliada al Gobierno, para solucionar las reclamaciones.
"Es verdad que el presidente de la compañía en cuestión visitó mi oficina, pero no recuerdo muy bien lo que pasó exactamente", había explicado Amari en el Parlamento ante la pregunta de si había aceptado dinero.