
Antes de poner rumbo a Arabia Saudí, Carmen Reinhart, profesora de la Universidad de Harvard y experta en analizar las dinámicas de la deuda a lo largo de la historia, atiende a elEconomista desde su oficina. En un momento en que China se postula como un "elefante en una cacharrería", Reinhart advierte de que una crisis de deuda abraza a los mercados emergentes.
Con muchos retos pendientes, la que fuera economista del Fondo Monetario Internacional advierte de que el ajuste se hará esperar y será tedioso, poniendo contra las cuerdas a muchos países y tensando a los mercados financieros de todo el mundo. Unas previsiones a tener en cuenta dada la trayectoria de Reinhart, cuyo trabajo de las últimas dos décadas ha ayudado a mejorar la comprensión de las crisis. Sirva de ejemplo análisis del episodio subprime de 2007, en la que identificó y adelantó la posibilidad de que a consecuencia del mismo se produjese importantes desplazamientos económicos.
En uno de sus últimos estudios considera que 2016 será el año de los impagos soberanos, ¿por qué?
Es una combinación de factores, especialmente en los mercados emergentes. Entre 2001 y 2011 estos países vivieron un boom fabuloso según los estándares históricos. La bonanza de los flujos de capital y de las materias primas hicieron que regiones como América Latina, donde el crecimiento nunca ha sido alto, superase los estándares históricos. Sin embargo, al fin de este ciclo, es cuando han empezado los problemas de deuda, sobre todo la contratada durante el boom bajo el supuesto de que éste continuaría para siempre. El deterioro para las condiciones globales en los emergentes comenzó en el 2012 y se ha ido acumulando. Hemos visto una marcada caída en el crecimiento y un desplome de muchas de las divisas. La flexibilización cambiaria ha ayudado pero la deuda externa en dólares pesa mucho más. Además nos encontramos en una situación donde las materias primas han colapsado y de forma persistente. En estas condiciones, veremos importantes problemas de solvencia, tanto a nivel soberano como a nivel privado.
Entonces, ¿aumentarán los impagos soberanos?
Como hemos visto en España, en Irlanda y en EEUU el problema es que esta deuda privada acaba por convertirse en deuda pública y es entonces cuando históricamente el contexto invita al aumento en los impagos y las quiebras. Al contrario que en la crisis de los emergentes de los años 80, que estuvo incentivada por una subida de tipos iniciada por Paul Volcker en el 79, en estos momentos los bancos centrales mundiales mantienen una política monetaria ultraacomodaticia. La primera subida de tipos de la Reserva Federal no es nada con lo que se vivió por aquel entonces. Sin embargo, en estos momentos, la incertidumbre en China es un nuevo elemento desestabilizador enorme para los emergentes.
¿Cómo afectarán las dudas sobre el gigante asiático a los emergentes?
Si bien muchas métricas sobre la deuda de los emergentes no parecen alarmantes en el sentido histórico, existe otro tipo de deuda escondida relacionada con China y mayoritariamente denominada en dólares que no se da a conocer y complica extremadamente la situación. No todos los colapsos de flujo de capital acaban en un impago pero buena parte de los impagos soberanos llegan precedidos de una burbuja en los flujos de capital.
¿De qué países hablamos?
Algunos productores de petróleo como Venezuela, Nigeria e incluso países de Oriente Medio. Todos tenían niveles de reservas muy grandes, pero ahora reina la incertidumbre sobre la magnitud de monedas que quedan. En el caso de Brasil, no veo un impago a corto plazo, pero si la economía continúa en recesión y las condiciones internas no mejoran, la oleada de quiebras en el sector privado debilitará las finanzas públicas. Otro país muy preocupante es Ecuador, donde la financiación china era fundamental. Tampoco debemos pasar por alto a algunos países de África subsahariana, que ya cuentan con importantes retrasos con sus acreedores oficiales.
¿Considera la deuda soberana de China como un problema para la economía mundial?
China es el elefante en la cacharrería. No tiene un problema a nivel soberano, pero las provincias y muchas de sus empresas cuentan con un apalancamiento interno descomunal. Durante el boom, muchas de estas provincias se financiaron con deuda a corto plazo y altos intereses para financiar proyectos de inversión que han acabo por convertirse en verdaderos dinosaurios. Esa deuda ya se está reestructurando. Este contexto no se daba en los emergentes desde los años 80.
¿Cree que la segunda mayor economía del mundo sufrirá un famoso aterrizaje de emergencia?
China ya se encuentra en pleno aterrizaje forzoso de su economía. El problema chino ha estado siempre ahí, pero cuando el país crecía a doble dígito nadie le prestaba atención a la precisión de las cifras. Ahora muchos se preocupan de si el país crece a un 6 o a un 7%, cuando los números siempre han sido difíciles de creer. Lo que sí sabemos, y es importante, es que China todavía es un país muy manufacturero, pese a la reestructuración en curso, y tiene un problema de sobrevaloración en su divisa. Las divisas de Corea del Sur, Malasia e Indonesia se han devaluado enormemente frente al yuan. Las divisas emergentes, salvo el yuan y aquellas atadas al dólar han sufrido una caída brutal. El haber estado atado al dólar en estas circunstancias ha sido una fuente de debilidad para el sector manufacturero chino que no se debe subestimar.
¿Arrastrarán China y los emergentes a la economía global a un frenazo o incluso una recesión mundial?
En los 80, los emergentes, China incluida, contabilizaban cerca del 36% del PIB mundial y ahora suponen un 60%, por lo que el impacto global es mucho mayor en estos momentos. La crisis que sufren los emergentes no ha culminado todavía. El histórico boom de inversión chino ha dejado una herencia de sobreinversión. Esto no es una corrección de inventarios, que pueden solventarse mucho más rápido, sino de inversión fija, donde el ajuste suele demorarse mucho más tiempo. El ajuste en China hasta ahora ha sido mínimo y los problemas de sobreinversión, la sobrevaloración de su divisa y los problemas de deuda internos persistirán. Esta incertidumbre dañará a otras economías como Estados Unidos.
¿Pese a no tener una exposición directa?
EEUU no tiene exposición financiera directa, pero sufre el impacto adverso de una sobrevaloración sostenida del dólar en el crecimiento. No hablo necesariamente de una recesión, pero con debilidad en los emergentes, liderados por China, y con EEUU tenemos ya una parte sustancial de la economía global. Mi escenario base es un periodo muy largo y persistente de una economía mundial que crecerá tímidamente y muy por debajo de su potencial.