Economía

El Banco Mundial rebaja el crecimiento de China hasta el 6,7% en 2016

En los primeros compases del año, la segunda mayor economía del mundo ha vuelto a jugar una mala pasada. Un hecho que no sólo repercute a las bolsas de todo el mundo sino que tiene un impacto vital en el crecimiento del resto de economías emergentes y por alusiones en la economía global. Según las últimas previsiones de crecimiento publicadas por el Banco Mundial en Washington, la débil recuperación de los mercados emergentes "afectará notablemente el crecimiento mundial en 2016".

En estos menesteres, la evolución de China se convierte en una de las principales losas que arrastrará al resto de emergentes. No es para menos. Desde las últimas proyecciones realizadas el pasado mes de junio, la institución ha rebajado en 3 décimas sus perspectivas de crecimiento para el gigante asiático, que este año crecerá un 6,7 por ciento tras haberse expandido un 6,9 por ciento el año pasado, también dos décimas por debajo de los pronósticos iniciales publicados hace poco más de seis meses por la organización capitaneada por Jim Yong Kim.

De hecho, desde el Banco Mundial advierten que el peligro de un aterrizaje forzoso en la segunda mayor economía del planeta podría tener un efecto contagio, no sólo entre otros países vecinos con los que China mantiene importantes relaciones comerciales sino también con el resto de grandes emergentes así como con las economías desarrolladas. Si bien es poco probable que se produzca, una desaceleración más rápida que la prevista en las grandes economías emergentes podría tener repercusiones mundiales. Entre los riesgos también cabe mencionar una posible tensión financiera durante el ciclo restrictivo iniciado por la Reserva Federal estadounidense y las crecientes tensiones geopolíticas.

"Un crecimiento más sólido de los mercados avanzados compensará solo parcialmente los riesgos de que continúe la debilidad de los principales mercados emergentes", dijo Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo Económico del Banco Mundial. "Por otra parte, se mantiene el riesgo de turbulencias financieras en una nueva era de aumento de los costes del endeudamiento".

Así, una caída de un punto porcentual en el crecimiento de los BRICS (Brasil, Rusia, China y Sudáfrica) podría borrar hasta 8 décimas (0,8 puntos porcentuales) de la expansión económica de otros países emergentes y economías desarrolladas. Es decir, el crecimiento mundial podría reducirse en 4 décimas (0,4 puntos porcentuales) desde el escenario base presentado por el Banco Mundial, que espera que la economía del planeta crezca este año un 2,9 por ciento, cuatro décimas menos de lo estimado el pasado junio pero 0,5 puntos porcentuales más de la expansión económica registrada en 2015.

"Hay una mayor divergencia de desempeño entre las economías emergentes. En comparación con lo que ocurría hace seis meses, se han incrementado los riesgos, en particular los vinculados a la posibilidad de una desaceleración desordenada en una economía emergente de importancia", dijo Kaushik Basu, vicepresidente y economista en jefe del Grupo Banco Mundial. "Una combinación de políticas fiscales y medidas adoptadas por los bancos centrales puede ayudar a mitigar esos riesgos y respaldar el crecimiento".

Según los pronósticos, las economías en desarrollo crecerán un 4,8 por ciento en 2016, menos de lo que se había previsto anteriormente, pero más del 4,3 por ciento registrado en año que acaba de terminar. Las proyecciones indican que el crecimiento se desacelerará aún más en China, mientras que Rusia y Brasil seguirán en recesión en 2016, con una contracción del 0,7 y el 2,5 por ciento respectivamente.

Latinoamérica tendrá una recuperación moderada tras la recesión: la actividad económica permanecerá sin cambios después de contraerse un 0,9 por ciento en el año que acabamos de dejar atrás, mientras lucha contra la persistente disminución del precio de los productos básicos y los problemas internos que aquejan a las economías más grandes de la región. Sin embargo, hay diferencias entre las subregiones, y el mayor crecimiento de los países en desarrollo de América Central y del Norte y el Caribe compensará la debilidad de América del Sur.

La región de Asia meridional, encabezada por la India, presenta un panorama esperanzador. De acuerdo a las estimaciones del Banco Mundial, el Acuerdo de Asociación Transpacífico, negociado recientemente, podría dar un fuerte y bienvenido impulso al comercio.

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