
Tras la inesperada mejora de la primavera, con un repunte del PIB del 0,8 por ciento al término del segundo trimestre, la economía griega sufrirá el contragolpe del control de capitales que aprobó el Ejecutivo de Alexis Tsipras el 29 de junio y de las medidas de austeridad del nuevo memorando, firmado finalmente en el mes de agosto.
¿Error de evaluación de los economistas o farol de los políticos? En la primavera de 2015, mientras el gobierno de Alexis Tsipras era sospechoso de sembrar la recesión en su país empujándolo al Grexit, el crecimiento en el país heleno se comportaba bien, con un alza del 0,9 por ciento en el primer trimestre con respecto al anterior, el mejor resultado de la zona euro junto al que registraba España.
El turismo salva los muebles
Tres explicaciones a este resultado inesperado: el turismo, que vino una vez más a rescatar a la economía griega, el efecto de la mejora general producida a mediados del 2014 bajo el Gobierno de Antonis Samaras, de Nueva Democracia; y un cierto efecto riqueza de los griegos, debido a sus retiradas masivas de dinero de los bancos a partir de finales del pasado año por temor a la salida del euro. "Cuando se tienen 40.000 millones de dinero líquido bajo la almohada, se siente uno más rico y consume más", resume sonriendo Michael Massourakis, el economista de la Federación griega de grandes empresas, SEV. Resultado de esta mejora inesperada, la caída del PIB podría ser tan sólo del 1,5 por ciento al 2 por ciento este año, en lugar del 2,3 por ciento previsto hasta ahora, aunque la Oficina de Presupuestos del Parlamento heleno ha llegado a pronosticar que la caída podría ser del 4 por ciento.
Si el retroceso finalmente es menor al esperado, eso reduciría especialmente el esfuerzo presupuestario a realizar para reducir el déficit público en el conjunto del año 2015. Pero las buenas noticias se detienen aquí. "Entramos en un nuevo periodo de recesión", confirma el economista de la SEV, que recuerda que el control de los capitales instaurado a principios de julio hasta el día siguiente del referendum ha frenado la actividad de las empresas, aumentando con intensidad sus costes.
Riesgos para el empleo
Los últimos indicadores constatan un descenso de la producción industrial en agosto por segundo mes consecutivo y una bajada considerable de las exportaciones. El memorando europeo, y los esfuerzos presupuestarios que este impone, a través de subidas de impuestos, continuará por su parte pesando enormemente en el gasto de los hogares, y el paro podría aumentar de nuevo.
Primer resplandor esperado en este deprimente panorama y "una de las tareas más urgentes" para llevar a cabo, según el economista Bruno Cavalier: la recapitalización de los bancos, que han perdido el 27 por ciento de sus depósitos desde finales de 2014. La cifra equivale a más de 46.000 millones de euros. Las necesidades de los bancos, en particular el nivel de sus créditos dudosos, se conocerá tras la evaluación de sus activos, hacia finales del mes de octubre. Un importe de 25.000 millones de euros está disponible en el nuevo programa europeo, pero los bancos podrían utilizar tan sólo 10.000 millones o 15.000 millones, según los expertos.