
La deuda del sector público español anotó el pasado mes de julio un nuevo récord -en modo alguno positivo- al sumar 15 meses consecutivos por encima del listón del billón de euros, que rebasó por primera vez en el mes de mayo de 2014. Se trata de un nivel que era impensable antes del estallido de la crisis económica en 2008, e incluso al inicio de la presente legislatura.
Según certifican las estadísticas del Banco de España, actualizadas el jueves, el pasivo nacional según el Protocolo de Déficit Excesivo (PDE) se situó en 1,04 billones de euros al cierre de julio, frente a los 743.530 millones que se encontró Mariano Rajoy al llegar a La Moncloa. Eso significa que en poco más de tres años y medio, España ha acumulado casi 300.000 millones más de deuda.
Las cifras publicadas por la autoridad monetaria admiten una lectura algo más favorable, si se observa que en julio las Administraciones Públicas redujeron su pasivo conjunto en 12.733 millones de euros. No obstante, se trata de un alivio relativo, ya que en el mes anterior, junio, la deuda se había incrementado prácticamente en esa cantidad: 12.453 millones.
Además, que la deuda pública disminuya en un mes de julio es normal, a tenor de los datos suministrados por el Banco de España, y se debe al calendario de las emisiones y vencimientos del Tesoro. Así, en 2014 el volumen de la deuda pública tan sólo disminuyó en tres meses: en abril (7.142 millones), en julio (6.351 millones) y en octubre (recorte de 3.392 millones). Esa es asimismo la tónica del pasivo en lo que va de 2015, con únicamente dos meses de bajadas: en abril (13.682 millones) y en julio (12.733 millones). Es de esperar, por tanto, que España logre otra rebaja de su pasivo -al menos- en el próximo mes de octubre.
El alza se modera en 2015
Los datos del Banco de España confirman que la escalada de la deuda pública ha entrado en 2015 en una etapa de moderación: en los ocho primeros meses, el pasivo ha registrado un crecimiento de 6.274 millones de euros, mientras que en el mismo período de 2014 se había incrementado en 40.076 millones de euros.
Y la deuda no sólo se va recortando en volumen, sino también en porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB). Si se toma como referencia el PIB anual acumulado hasta el segundo trimestre de este año (1,078 billones de euros), el endeudamiento de España en julio habría descendido hasta el 96,6% del PIB, frente al dato del 97,7% con el que se cerró el primer semestre.
La disminución puede ser incluso mayor, puesto que el PIB español está creciendo: el año comenzó con una tasa de avance intertrimestral del 0,9%, que se aceleró hasta el 1% al cierre de junio.
Es decir, la combinación de un mayor crecimiento económico y un menor déficit público -este ejercicio el desfase fiscal debe bajar hasta el -4,2% del PIB- es el factor que está comenzando a permitir que las Administraciones españolas recorten sus niveles de endeudamiento, a lo que contribuye también el abaratamiento de la prima de riesgo española y los bajos tipos de interés por los estímulos monetarios del Banco Central Europeo (BCE).
En cuanto a los valores en los que está depositada la deuda pública del país, el Banco de España detalla que, del total de 1,040 billones en julio, 764.811 millones de euros correspondieron a valores a medio y largo plazo; otros 77.605 millones de euros son valores a corto plazo; y 197.687 millones de euros corresponden a créditos no comerciales y resto de deuda.
98,7%, meta del año según Presupuestos
Los Presupuestos Generales del Estado para 2016 fijan un objetivo de deuda máximo del 98,7% del PIB para 2015, dos décimas menos de lo que el propio Ejecutivo preveía en el Programa de Estabilidad 2015-2018, donde consignó una meta de pasivo del 98,9%.
Por su parte, el Tesoro Público, en su informe de agosto, prevé que la deuda toque su nivel máximo este ejercicio, y pronostica que en 2016 España alcanzará el superávit primario, lo que en combinación con el crecimiento nominal del PIB ayudará a que la ratio de deuda disminuya hasta el entorno del 98,2% del PIB.