Economía

De Dinamarca a España, pasando por Singapur: un viaje por la desigualdad económica

  • En China, la intervención pública crea más desigualdad que el mercado
  • Australia es el ejemplo de que con menos se puede hacer más por la igualdad

La desigualdad económica es un fenómeno que está ganando fuerza en todo el mundo, pero quizá donde tiene mayor repercusión mediática es en los países avanzados. Sin embargo, estos países son los que presentan una mayor distribución de los ingresos en sus sociedades. La función del sector público como distribuidor secundario de la renta parece fundamental para lograr esta mayor igualdad en los países desarrollados.

Así lo evidencia el World Economic Forum en un informe titulado 'Inclusive Growth and Development Report 2015'. Los expertos que han realizado este informe, que aglutina 110 países, dividen estas naciones en 'economías desarrolladas', 'ingresos medio-altos', 'ingresos medio-bajos' y 'bajos ingresos'.

Coeficiente de Gini

Para analizar las diferencias entre países se usa el coeficiente de Gini antes de impuestos y transferencias y después de impuestos y transferencias. En este índice, el cero significa que existe una igualdad perfecta (todos ingresan lo mismo), mientras que 100 representa lo opuesto (un ciudadano se lleva toda la renta del país).

Como se puede ver en el siguiente gráfico, en todas las economías avanzadas, salvo en Corea del Sur y Singapur, la desigualdad de ingresos después de impuestos y transferencias es reducida en comparación con el resto de esta muestra. Salvo Singapur, ningún país supera el número 40 en el coeficiente de Gini. Singapur, EEUU e Israel son los países con mayor desigualdad de ingresos después de impuestos y transferencias. Mientras que Islandia, Suecia y la República Checa con un índice de Gini inferior a 25. También se puede observar como Irlanda y Suecia tienen los sistemas fiscales que mejor redistribuyen la renta primaria.

Se puede observar una cierta correlación entre menor desigualdad (después de impuestos y transferencias) y mayor gasto público, como es el caso de Suecia, Noruega o Dinamarca. Sin embargo, países como la República Checa (42% de gasto público sobre el PIB) y, sobre todo, Australia (39% sobre el PIB) demuestran que con un gasto público menor pero más eficiente se puede luchar mejor contra la desigualdad. España con un gasto público de casi el 44% sobre el PIB es el ejemplo opuesto a los países anteriores, y es que reduce en menor cantidad de puntos el coeficiente de Gini a pesar de gastar más.

Dentro de las economías consideradas de 'ingresos medio-altos' hay países que parecen estar haciendo un buen trabajo para redistribuir los ingresos, como es el caso de Hungría, Polonia, Letonia y Lituania. Por otro lado, se puede observar algo muy llamativo, y es que dentro de este grupo hay tres países (China, Perú y Bulgaria) que presentan una mayor desigualdad de ingresos después de aplicar las transferencias y los impuestos. "Esto sugiere que estas naciones tienen un sistema fiscal con efectos regresivos", señala el informe. Es decir, sus impuestos tienen un tipo impositivo que disminuye o se mantiene según aumenta la base imponible, las transferencias aumentan a medida que los ingresos son mayores o una mezcla de ambas.

Por otro lado, las economías que corresponden a la categoría de 'ingresos medio-bajos' presentan una desigualdad pre y post impuestos y transferencias muy parecida. Son países que tienen sistemas fiscales muy poco desarrollados y por tanto no existen una redistribución secundaria de los ingresos sustancial. Ucrania destaca por ser el más igualitario con un coeficiente de Gini pre y post impuestos y transferencias inferior a 30. En el lado opuesto aparecen Zambia o la India con coeficientes de Gini superiores al 50.

Por último, las economía de 'bajos ingresos' muestran una elevada desigualdad que en ningún caso es compensada por los sistemas fiscales de estos países, que son casi inexistentes al igual que en la anterior categoría. Kenia es el país que presenta una mayor redistribución, con un coeficiente de Gini de casi 50 respecto a la distribución primaria de los ingresos y un coeficiente que de 42 en la distribución secundaria. Tayikistán es el país menos desigual de este grupo mientras que Ruanda es el más igualitario.

Para concluir, en el apartado de desigualdad los economistas destacan que "la eficiencia en el gasto es muy importante. Más transferencias no es necesariamente algo bueno, los recursos pueden no estar orientados y canalizados de forma eficiente hacia donde más se necesitan. Con un sistema fiscal progresivo y programas con objetivos concretos, Australia y Nueva Zelanda demuestran que es posible lograr más con menos".

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