Economía

La nueva crisis de Zimbabue o cómo pasar de la mayor hiperinflación del mundo a la deflación

Una gran crisis está comenzando a azotar Zimbabue, y para sorpresa la hiperinflación no es uno de sus componentes, es su término opuesto, la deflación. El país que se hizo famoso por la gran hiperinflación de 2009, que hacía que los precios se duplicasen cada 24 horas, está ahora siendo víctima de la deflación. Estancamiento y desempleo están siendo las consecuencias.

Y es que la medicina que curó parcialmente la hiperinflación es la que está provocando ahora la deflación. Zimbabue decidió acabar con su divisa local y perder la soberanía monetaria para que las autoridades de este país africano no se pudieran ver tentadas a imprimir billetes para pagar las deudas del país. Esa obsesión por la impresión de dinero fue la que llevó a esta nación a presentar la mayor hiperinflación vista en la economía moderna.

Tras la muerte del dólar de Zimbabue, el país decidió adoptar el dólar estadounidense como principal divisa, junto con otras divisas africanas entre la que destaca el rand sudafricano. La fortaleza del dólar está permitiendo a las empresas de Zimbabue importar bienes y servicios a precios más baratos para sus ciudadanos, lo que provoca parte de la deflación. Pero a la vez está impidiendo que los productos hechos en el país (ya de por sí poco competitivos) sean fácilmente exportables, ya que al estar denominados en dólares resultan más caros para las principales parejas comerciales de Zimbabue.

El efecto Mugabe

Pero la fortaleza del dólar no está siendo el único culpable de la crisis que vive Zimbabue. Según publica Bloomberg, en 2013 Robert Mugabe logró ganar en solitario las elecciones del país, su campaña electoral estuvo acompañada de un discurso en el que prometía entregar a la población local parte de las empresas que estaban dirigidas por extranjeros. Mugabe está cumpliendo con sus promesas, lo que ha provocado que la inversión extranjera prefiera establecerse en otro países.

Esta fuga de capitales está dejando al país sin efectivo, asegura Alfred Moyo, el dueño de una ferretería que explica con resignación el mal estado de su negocio: "Simplemente no hay dinero ahí fuera", explica este comerciante, señalando a la calle.

Moyo explica que lo único que puede hacer es o seguir bajando precios para vender algo o regalar la mercancía. El país lleva sufriendo la temida deflación desde 2014, algunos economista aseguran que cuando los precios bajan, los agentes económicos (empresas y familias) retrasan sus decisiones de compra esperando que los precios bajen más, lo que se convierte en un círculo vicioso que suele ser fatal para la economía.

Paro y deflación

A día de hoy Zimbabue vuelve a presentar una imagen muy pobre, una elevada tasa de paro, empresas que cierran, carreteras destruidas, pobreza en las calles. Parece que lo vivido entre 2009 y 2013 fuese tan sólo un espejismo. Durante esos años, en los que Mugabe compartió gobierno con la oposición, el país creció de media un 9,2%. En 2015 se espera que el PIB crezca poco más de un 1% mientras que los precios caen a un ritmo interanual del 2,4% y el paro ha pasado del 10,5% al 11,3%.

Christie Viljoen, economista en NKC African Economics, explica que "los costes de producción son muy altos, no pueden competir con las importaciones, no hay forma de ser optimista, no sabemos cuando terminará esta espiral bajista". Los elevados costes de producción han terminado de acabar con una industria que ya estaba tocada.

En su discurso anual sobre el Estado de la Nación, Mugabe culpó a la sequía que vive Zimbabue de todos los males económicos de la nación. También aseguró que derogará todas las normas que obstaculizan el desarrolló y la creación de negocios a la vez que implementará planes de desarrollo para la industria y la minería.

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