Economía

La deuda pública total pisa los talones al pasivo de empresas y familias

El volumen total de deuda pública incluyendo los pasivos financieros que Eurostat permite maquillar a España supera, según datos del Banco de España, el 140% de nuestro PIB. Mientras, la deuda privada, compuesta por el pasivo de las empresas y de las familias, sigue reduciéndose con celeridad y podría caer este año al entorno del 150%. Nunca antes durante la crisis esa diferencia había sido tan estrecha.

Según la Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral 2014 que recientemente publicó el Consejo Económico y Social (CES), el nivel de esa deuda privada se situó a cierre de 2014 en 1,692 billones de euros, suponiendo, según datos de Eurostat, el 163,1% del PIB (se excluye en esta estadística el pasivo de los sectores financieros). De esa cantidad, el 55,7% corresponde a la deuda de las corporaciones y el restante 44,2% al de las familias, por lo que, de manera individual, ya se sitúan muy por debajo del nivel de endeudamiento público, que en 2014 llegó a situarse en el 97,7% del PIB.

El CES pone de manifiesto, además, el rápido ritmo de desapalancamiento de ambas. "Las empresas han reducido su endeudamiento un 25,2% desde 2009, mientras que las familias lo han hecho un 17,6% desde ese mismo año", asegura el organismo que preside Marcos Peña en su informe. A continuación explica que el factor que más ha incidido en este proceso "ha sido la contracción crediticia aplicada a lo largo de los años de crisis por parte de las entidades financieras españolas".

Si ese desapalancamiento continúa en la misma senda, no será extraño que el volumen total de deuda privada se quede en el entorno del billón y medio de euros. El secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, no se atrevió a poner cifras encima de la mesa, pero durante su reciente comparecencia en el Congreso para explicar los Presupuestos de 2016, sí adelantó que el pasivo se está corrigiendo "a un ritmo más elevado del inicialmente previsto" y se aproximará a tasas similares a las que presenta la zona euro.

Y mientras el pasivo de empresas y familias se reduce rápidamente, el volumen total de deuda pública no deja de engordar. El maquillaje de Eurostat, que no contabiliza como deuda pública las garantías que asumen los Gobiernos, el pasivo de determinadas empresas públicas o la morosidad de la Administración, permite que el nivel de deuda pública se sitúe en el 98,5% del PIB, ligeramente por encima del billón de euros. Sin embargo, y sin esa cosmética de por medio, los pasivos totales ascienden a 1,494 billones de euros. En 2008 la cifra total no llegaba a los 600.000 millones, casi 900.000 millones menos que ahora.

Pese a que la distancia es más estrecha que nunca desde el inicio de la crisis, lo cierto es que ahora sí la deuda pública, que se ha triplicado en los últimos años, ofrece síntomas de estancamiento. Si en 2014 se quedó en el 97,7% del PIB, este año solo escalará un punto, hasta el 98,7% del PIB. Y según las cuentas públicas el próximo año incluso retrocederá por primera vez de 2007, al terminar en el 98,3% del PIB.

La reducción del déficit, la menor presión sobre la deuda (los mercados nos exigen ahora tipos mucho más bajos por hacerse con nuestras letras y bonos) y la leve mejora de las finanzas autonómicas han rebajado la presión sobre nuestro pasivo. El resto de la reducción vendrá motivado por el crecimiento previsto por el Gobierno, que será del 3% en 2016.

Cambio de titularidad

Pese a que los pasivos de las AAPP no alcancen el nivel de deuda conjunta de empresas y familias, lo que parece evidente es lo que los expertos de Analistas Financieros Internacionales (AFI) denominan "cambio de titularidad". En un informe reciente elaborado para Funcas, la entidad recuerda que al inicio de la crisis el pasivo de empresas y familias superaba de largo el 220% del PIB (más de dos billones de euros). La deuda pública, sin embargo, presentaba uno de los ratios más bajos de la zona euro, pues en 2007, y sin contar la cosmética que aplica Bruselas, llegó a estar por debajo del 40% del PIB. Ahora la situación se ha revertido, y el incremento de los pasivos del sector público ha sido incluso superior a la reducción de la deuda privada. Y la conclusión es letal: "La economía española no ha reducido en absoluto su nivel total de endeudamiento". Simplemente se ha producido el cambio de titularidad, con más deuda del Estado, las autonomías y los municipios y menos de las empresas y familias.

En total, el endeudamiento español sigue superando los dos billones y medio, algo que comparten tanto los analistas de AFI como el Consejo Económico y Social. Es una cifra que se rebasó por primera vez en el año 2009 y que se ha mantenido estable desde entonces, aunque de 2011 a 2013 llegó a estar más cerca de los 2,6 billones.

Ahora sí, con la contención de la deuda pública y el previsible desapalancamiento de empresas y familias, 2015 podría ser el primer año desde el inicio de la crisis en que la deuda total española baja 2,5 billones. Una cifra enorme que aún no aleja los fantasmas de una España bajo presión.

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