La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, y su segundo de abordo, David Lipton, han aprovechado su las últimas horas para limar asperezas sobre su polémico análisis sobre la sostenibilidad de la deuda helena y el papel que jugará la institución en el tercer programa de rescate a Grecia.
En declaraciones a la radio francesa Europe1, Lagarde fue clara al reconocer que "una quita clásica" está fuera de la mesa. Un hecho que Lipton detalló posteriormente en una entrevista con Bloomberg. "Nuestras propuestas incluyen extender los periodos de madurez de la deuda así como de los periodos de gracia además de reducir los intereses de los préstamos", aclaraba el funcionario. Según sus palabras, "Europa está más inclinada a llevar a cabo este tipo de acciones que otras para reducir el peso de la deuda griega".
Por otro lado, Lagarde fue clara al incidir que el Fondo sólo garantizará su participación en un nuevo programa de rescate a Atenas si el gobierno heleno muestra su compromiso para lograr "una política presupuestaria sana". En este sentido, la mandataria señaló que las sugerencias realizadas por la institución "no son un capricho". "El FMI no quiere entrometerse en los asuntos griegos, pero tiene unas reglas establecidas para todos sus países miembros", aclaró.
Durante las últimas semanas, el Fondo y Estados Unidos, su principal donante, han presionado a los líderes europeos sobre la necesidad de acometer algún tipo de medida que alivie los niveles de deuda griegos. Dados los límites legales para una quita al uso, los técnicos de la institución sugieren otro tipo de vías alternativas más acordes con la normativa europea. Sin embargo, Wolfgang Schauble, el ministros de Finanzas alemán, sigue considerando algunas de estas medidas como una quita encubierta de ahí que siga presionando entre bambalinas para un salida temporal de Grecia como parte del euro.
Lagarde indicó que el tiempo es oro y que las conversaciones con el Ejecutivo de Alexis Tsipras no podrán retomarse hasta dentro de cuatro semanas, un hecho que hace las negociaciones aún más complejas. "No hemos trabajado con el equipo heleno durante seis meses, no tenemos información sobre el estado de su sistema financiero", aseguró.
