Economía

El acreedor más inflexible con Grecia no pagó sus deudas de las guerras mundiales

Según los expertos, en ciertos casos, la quita de la deuda es la única solución a la crisis de un país.

Perdonar la deuda, si se hace bien, puede poner a una economía de nuevo en pie. Así lo cree el Fondo Monetario Internacional, que en su último informe reconoció que Grecia debe recibir ayuda. Opinan lo mismo varios economistas destacados, incluso algunos países como EEUU, que ha pedido a los acreedores que lleguen a un acuerdo con Grecia, aunque ello implique una quita de deuda. Pero los acreedores, con Alemania a la cabeza, se resisten a hacer concesiones. Merkel lo dejó claro esta semana: "una quita de deuda está fuera de discusión".

A veces repasar la historia reciente puede ser útil para encontrar soluciones a los problemas del presente. Como explica el economista Eduardo Porter en un artículo para The New York Times, el siglo XX "ofrece una rica hoja de ruta del fracaso de la política y el éxito frente a las crisis de deuda soberana". Según Porter, nadie debe entender mejor que los alemanes la importancia de ser flexibles con las condiciones del pago de la deuda.

Las deudas del siglo XX

De 1924 a 1929 Estados Unidos prestó a la República de Weimar dinero para sufragar las reparaciones de guerra. "Esta pirámide de crédito se derrumbó durante la crisis económica de los años 30. El dinero desapareció, el daño a EEUU fue enorme y las consecuencias para la economía mundial devastadoras", explica el historiador Albert Ritschl.

Tras la Segunda Guerra Mundial se repitió una situación similar. Estados Unidos aceptó entonces la posibilidad de una quita en Alemania para evitar los errores del pasado, empujado por el temor a la expansión soviética y porque dado el tamaño de la nación germana, su recuperación era importante para normalizar la economía global.

El Tratado de Londres de 1953 redujo a la mitad la deuda alemana y suspendió el abono de los intereses de préstamos extranjeros hasta la reunificación de Alemania, que se produjo el 3 de octubre de 1990. "Fue un gesto que le salvó la vida y permitió hacer posible su milagro económico", apunta Ritschl.

En un estudio reciente, los profesores Reinhart y Christoph Trebesch de la Universidad de Munich concluyeron que "la salida de la crisis en los dos episodios se produjo sólo después de que se cancelaran las deudas". Ambas situaciones fueron precedidas por una década o más de negociaciones y planes de reprogramación que -similares a lo que pasó con los primeros rescates de Grecia- extendieron el vencimiento de deudas y bajaron su tasa de interés. Pero solo cuando desapareció la deuda "las crisis terminaron y las economías mejoraron". El informe indica que "formas más suaves de alivio de la deuda, como extensiones de plazos y reducciones de tasas de interés, no se siguen generalmente de un mayor crecimiento económico o la mejora de las calificaciones de crédito".

Otro economista crítico con la inflexibilidad de Alemania es el francés Thomas Piketty, quien asegura que "sin una quita de la deuda, Europa podría tardar 50 años en salir de la crisis". Considera que si el mundo hubiera aplicado a Berlin el mismo rasero que este aplica a Grecia, es posible que hubiese permanecido mucho más tiempo en la miseria en la que quedó después de la Segunda Guerra Mundial.

Eduardo Porter opina que más allá de "un recordatorio de la hipocresía alemana", hablar del Tratado de Londres deja una lección más importante: "este tipo de crisis se han tratado con éxito antes".

Pero Alemania y sus aliados no justifican así su enfoque. Se basan en un "riesgo moral": Si se le ofrece a Grecia un camino fácil para salir de la deuda, ¿qué mensaje se está enviando a otros países con problemas? Pero la economía griega se ha reducido en una cuarta parte. Su población se ha empobrecido y sus bancos están cerrados. "Ningún gobierno en su sano juicio emularía el camino griego", asegura Porter.

Medio siglo para salirde una crisis

El francés Thomas Piketty ha asegurado que "sin una quita de la deuda, Europa podría tardar 50 años en salir de la crisis". El economista y autor de 'El capital en el siglo XXI' opina que ciertos capítulos de la historia han demostrado que la reestructuración es buena. "En el siglo XIX, muchos países intentaron solucionar el problema de la deuda solo con ajustes y tardaron un siglo en lograrlo", ha dicho.

Junto con otros académicos de renombre en Oxford, Harvard y Columbia, Piketty envió una carta nada alentadora a la canciller alemana, Angela Merkel hace unos días, donde subraya que con el escenario actual de la crisis económica en Atenas "se está empujando al gobierno griego a ponerse un pistola en la cabeza y apretar el gatillo".

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