Economía

Grecia tiene necesidades de liquidez de 17.000 millones hasta agosto

  • Bruselas reanuda hoy los contactos con Atenas sobre las reformas exigidas
Yanis Varoufakis, ministro de Finanzas de Grecia.

El Gobierno griego admite sin fisuras la urgente necesidad de llegar a un acuerdo con los acreedores internacionales para poder realizar los pagos debidos, el más inminente, los 1.500 millones que ha de devolver al FMI en junio. Hasta aquí llega el mensaje unánime de los ministros de Interior, Nikos Voutsis, del portavoz del Ejecutivo, Gabriel Sakellaridis, y del ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis.

Ahora bien, las declaraciones son difusas y contradictorias sobre si Grecia pagará o no al Fondo, cuándo y cómo, o si por fin acordará la lista de reformas que exige Bruselas para recibir los restantes 7.200 millones de su programa de rescate, sin los cuales no podrá afrontar sus necesidades financieras. Precisamente hoy, Varoufakis ha anunciado que sí pagarán el 5 de junio porque confía en que antes se alcance un acuerdo con los acreedores. 

En concreto, Atenas afronta unas necesidades de liquidez de aproximadamente 17.000 millones en los próximos tres meses. Sólo en junio el Ejecutivo heleno precisa al menos 6.700 millones, los que resultan de sumar los 1.500 millones que le reclama el Fondo Monetario y los aproximadamente 5.200 millones en facturas a corto plazo.

Un mes más tarde, Atenas necesitará casi 6.000 millones de euros para cumplir con el FMI y pagar facturas, además de devolver 3.500 millones al Banco Central Europeo (BCE). Y al mes siguiente, agosto, las necesidades financieras de Grecia suman unos 4.400 millones, incluidos repagos al Fondo, facturas y los 3.200 millones que debe al Banco Central Europeo.

Reconoce la urgencia

Ante ese panorama, no es de extrañar que el portavoz del Gobierno heleno, Gabriel Sakellaridis, reconociera ayer la urgencia de un acuerdo con sus acreedores internacionales, al que puso fecha: principios de junio. "Pagaremos nuestras obligaciones. Es responsabilidad del Gobierno estar en situación de afrontar sus obligaciones", aseguró Sakellaridis, quien no obstante negó un supuesto plan de concentrar todos los pagos debidos al FMI en un solo desembolso a finales de junio. Según él, esa opción no ha sido planteada.

Un mensaje hasta cierto punto conciliador, bien distinto del que el pasado domingo lanzó el ministro del Interior, Nikos Voutsis, quien avanzó que Atenas no tiene dinero para pagar al FMI.

Para enredar aún más el horizonte de una posible quiebra de Grecia, el siempre polémico Yianis Varoufakis, que parece dosificar sus declaraciones haciendo gala de la teoría matemática de los juegos que tan bien conoce, rechazó ayer nuevas medidas de austeridad, pues la cura "es peor" que la enfermedad. En un artículo de opinión en la web Project Syndicate, el responsable de las Finanzas helenas defendió que su Gobierno está dispuesto a implementar todas las reformas reclamadas por los think tanks europeos.

¿Qué es lo que falla entonces, porqué no se llega a un acuerdo? Según Varoufakis, la insistencia en mayor austeridad, que impediría la recuperación, obstruiría el crecimiento y empeoraría el ciclo deflacionario. "Lo único que evita el acuerdo es la insistencia de los acreedores en más austeridad, incluso a expensas de la agenda de reformas", resumió.

Recta final: pacto o impago

El pago de pensiones y salarios a finales de mes parece garantizado, pero no las obligaciones en junio. De ahí que Grecia haya entrado esta semana en la recta final hacia el acuerdo o el impago. El primer desembolso al FMI, por 300 millones, vence el próximo 5 de junio.

En ese panorama, el Grupo de Bruselas (antigua troika) reanuda hoy las negociaciones con Grecia sobre la traída y llevada lista de reformas, el escollo que lleva cuatro meses bloqueando el pacto.

Ayer mismo, el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, advirtió de que el plan presupuestario de Grecia es insuficiente para asegurar el superávit primario exigido al país este año. En declaraciones al diario francés Les Echos, Blanchard asegura que ese objetivo no es realista en este momento. "Considerando que las estimaciones más recientes mencionan un déficit presupuestario sustancial, necesitamos medidas creíbles para transformar esto en un superávit", sentenció el economista del Fondo.

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