Economía

Tímido respaldo del Eurogrupo a los avances en la negociación con Grecia

  • El BCE defiende su independencia ante el comunicado de los ministros
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, junto con su homólogo griego, Yanis Varufakis, ayer en el Eurogrupo. EFE

El Eurogrupo constata exiguos avances en la negociación con Grecia. Atenas y los ministros continúan gastando páginas para cerrar el capitulo crucial de la saga griega que arrancó hace cinco años: la conclusión de su programa de reformas para liberar los 7.200 millones que quedan. Tras la tormenta política (inesperada) desatada durante el Eurogrupo informal en Riga (Letonia), llegó la calma (excesiva) durante la reunión de los ministros de Finanzas del euro ayer en Bruselas.

En su encuentro regular, el Eurogrupo apenas tomó nota del progreso visto durante las dos últimas semanas en la negociación entre las instituciones y el Ejecutivo de Syriza. Fuera de la sala quedaron discusiones políticas de alta tensión, como la posibilidad de organizar un referéndum en Grecia.

Este progreso quedó reflejado en un rácano comunicado del Eurogrupo. Los ministros reconocen que la reorganización de la negociación, que básicamente orilló al titular de Finanzas, Yanis Varoufakis, "ha hecho posible una aceleración" de las discusiones y "ha contribuido a una discusión más sustancial". Sin embargo, el texto también apunta que "se necesita más tiempo y más esfuerzo para salvar las distancias".

Tras la conclusión del Eurogrupo, el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, señaló que se había logrado progresar en áreas como la reforma del IVA, en el tratamiento de los créditos morosos o la creación de una agencia independiente para la recaudación fiscal. Varoufakis constató el avance en estas áreas, además de en el campo de las privatizaciones.

Sin embargo, ambos lados continúan chocando en el ajuste de las pensiones y la reforma laboral. En este último punto, Varoufakis admitió que Atenas tiene "un punto de vista particular" que roza con el de sus acreedores internacionales, no tanto por un asunto ideológico sino por el diferente diagnóstico de los problemas del mercado laboral griego. Según dijo el ministro, el problema de Grecia no es la sobrerregulación del mercado laboral, sino la del empleo sin declarar.

Sin convergencia

Fuentes europeas matizaron a elEconomista que el progreso continúa siendo muy limitado, e incluso no se cierra ningún área en la que se consiga la convergencia apuntada, por lo que se mostraron escépticos respecto al ritmo de la negociación.

Grecia buscaba el comunicado del Eurogrupo para proteger, o incluso mejorar, la liquidez que el Banco Central Europeo suministra a los bancos griegos. Un recorte repentino del BCE podría derivar en una quiebra griega. Sin embargo, el comunicado resulta demasiado parco para dar el espaldarazo político que Atenas esperaba.

Fuentes del BCE cuestionaron el calibre de este comunicado para las intenciones que perseguía Grecia, y añadieron que la única manera para que Fráncfort eleve el límite para la emisión de deuda a corto plazo, con la que cubrir sus necesidades de financiación más urgentes, sería la inminencia de un acuerdo con el Eurogrupo.

El comunicado "no es lo suficientemente fuerte" dijo Dijsselbloem, porque el BCE es "absolutamente independiente y no será guiado por un comunicado del Eurogrupo".

La liquidez del sistema financiero griego no es la única soga al cuello que tiene el Ejecutivo de Syriza, que está peleando por conseguir los suficientes fondos para encarar las obligaciones con sus acreedores y pagar pensiones. Varoufakis confirmó que Grecia realizó ayer el pago previsto al FMI de 750 millones. Pero reconoció que la liquidez es un tema "terriblemente urgente".

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, destacó tras el Eurogrupo que "esperamos que se cierre un acuerdo antes de que el tiempo o el dinero se acabe". El programa expira a finales de junio. Si no se logra un acuerdo para entonces, Grecia no sólo se quedaría sin los 7.200 millones que le quedan del rescate actual, sino que se quedaría sin la posibilidad de negociar un nuevo programa, el tercero.

Con una negociación a trompicones, la idea de un referéndum volvió a resurgir en boca del todopoderoso ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble. Varoufakis comentó que la consulta no está en el radar del Gobierno heleno.

Por su parte, el ministro de Economía español, Luis de Guindos, aseguró a su llegada a la reunión que la organización de un referéndum toma tiempo al ser "un procedimiento complejo". "Todos sabemos que no hay mucho tiempo y la situación de liquidez no es sencilla", advirtió el titular de Economía español.

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