
España vuelve a las andadas, al menos en cuanto a creación de empleo se refiere. En abril, la cifra de afiliación volvía a superar los 17 millones de cotizantes después de casi tres años por debajo de este nivel. Y lo hacía gracias a tres de los sectores tradicionalmente más generadores de empleo: hostelería, construcción y empleo público suman 180.616 de los 227.544 puestos asalariados generados en 2015. Es decir, el 79,3% de los puestos creados proceden de estos tres sectores.
En concreto, la hostelería ha aportado casi la mitad de los empleos (106.780 desde que empezó el año) gracias al turismo. De hecho, más de 70.000 puestos en esta actividad se crearon en el mes de abril con el tirón de la Semana Santa. Ya en la pasada Encuesta de Población Activa (EPA), aparecían 251.200 personas que ya habían encontrado empleo sin haberse incorporado. A buen seguro, parte de ellos se han incorporado a lo largo de abril en el sector de la hostelería.
El siguiente sector que más empleo ha creado a lo largo de 2015 ha sido la construcción, con más de 27.000 puestos ganados desde el pasado 1 de enero. Sólo en abril, ha sumado más de 3.800 empleos, quizá animada también por las obras públicas que se están llevando a cabo antes de las elecciones. Entre la construcción y la hostelería se han creado 133.881 empleos desde que comenzó el año, es decir, el 58,8% del total en España.
Casi 47.000 empleos públicos
El siguiente motor del empleo desde el inicio del año ha sido la administración pública. Entre la educación y la Administración Pública han generado 46.735 puestos de trabajo, empujando los buenos datos de empleo publicados en este 2015.
En el mes de abril, la educación frenó la creación de meses anteriores y apenas sumó 776 puestos, posiblemente por el efecto Semana Santa. Por su parte, el sector Administración Pública en general sí continuó repitiendo los datos de meses anteriores y creó más de 4.600 empleos en abril.
Frente a estos tres motores del empleo, el resto de actividades tuvo datos más bien modestos. De hecho, el comercio y la banca destruyeron puestos de trabajo asalariado y, al margen de los tres motores del empleo, sólo la industria manufacturera y la administración (con 12.000 puestos creados en cada uno de ello) destacaron.