
Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica, cree que el economista jefe del FMI calla algunos datos que muestran la precariedad de la recuperación en España: "No hablan del tipo de crecimiento que España está teniendo, no sobre cómo lo está teniendo; ni pío sobre qué tipo de empleo se está creando, ni sobre la remuneración del empleo creado".
El catedrático catalán cree que "al FMI como institución, si todo ello no implica la desestabilización de la economía española, le importa un rábano que la tasa de pobreza de España se sitúe en el 7%, en el 20% o que todos los españoles menos uno sean pobres".
Becerra explica en La Carta de la Bolsa que el FMI se centra en hablar de que en España se está creando empleo, que "la demanda interna crece, las exportaciones y el consumo interno se están comportando de forma razonable", pero no explica los datos que hay detrás de esas supuestas mejoras ni el futuro que le espera a España y a sus ciudadanos.
Cuando el FMI señala que el paro en España no bajará por la demanda de trabajo, sino por las reformas en el mercado laboral, quieren decir que "el paro bajará por los cambios en la tipología de los contratos de trabajo, en las condiciones contractuales, en la facilidad de la demanda para contratar y despedir... Lo importante para el FMI es que el número de personas desempleadas baje, cómo se produzca tal descenso no importa".
En lo que se refiere al optimismo que reina en los mercados, Becerra cree que "el optimismo sólo debería ser bueno si está justificado; si no ese optimismo es humo que la más mínima brisa disipará, sueños rotos al menor contratiempo".
Y es que el optimismo del que habla el FMI que lleva la gente a consumir más y a invertir puede no estar justificado. Si el optimismo no está basado en tendencias reales puede desmoronarse y ser contraproducente en una economía débil como la española.
Las declaraciones de Olivier Blanchard (economista jefe del FMI) son "muy, muy interesantes por lo que no dice, como por lo que dice".