Atenas quiere quemar su último cartucho. Así lo ha confirmado el portavoz del Gobierno griego, Gabriel Sakellaridis, quien ha asegurado que van a presentar una petición formal para la extensión del crédito asociado a su programa de rescate, sin que esto suponga pedir una prórroga de este plan.
Fuentes oficiales han confirmado que Grecia trasladará a sus socios europeos una petición formal para extender el crédito en una reunión que celebrarán mañana jueves, y no hoy miércoles como estaba previsto inicialmente. Se planteará en una reunión del Grupo de Trabajo del euro.
"Todas las deliberaciones se dirigen a encontrar un terreno común, queremos creer que estamos en el buen camino. Vamos a encontrar una solución", señaló Sakellaridis en declaraciones a la televisión local Antenna TV.
Preguntado sobre si el borrador inicial rechazado en la reunión del Eurogrupo esta semana sería la base de la propuesta, el portavoz heleno respondió que hay que "esperar" a ver el documento que el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, remite a sus socios europeos.
En dicho borrador se hablaba de la posibilidad de extender el "préstamo" actual, en lugar de exigir la prórroga del "programa", como decía el texto presentado por el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. Además, subrayaba la intención del Gobierno griego de "tomar medidas extraordinarias para garantizar un sistema fiscal más justo y más eficiente y reducir la crisis humanitaria".
Puntos insalvables
De esta forma, lo que por ahora parece claro es que la solicitud que presentarán sigue sin cruzar las líneas rojas del Gobierno de Alexis Tsipras. Y es que, como ha reiterado en innumerables ocasiones el Ejecutivo heleno, no están dispuestos a aceptar las mismas obligaciones adheridas al actual programa de asistencia.
Atenas se mantiene en su postura de rechazar los planes de austeridad y la tutela de la troika, que se ha negado a aceptar como interlocutor. A lo que sí habría accedido Tsipras es a no adoptar ninguna medida que suponga un aumento del déficit.
Con la vista puesta en la fecha tope de este viernes, impuesta por el Eurogrupo, Grecia enviará mañana su propuesta a Jeroen Dijsselbloem, que a su vez decidirá si convoca una reunión extraordinaria de los ministros de Finanzas de la zona euro para el viernes.
Problemas en la banca
La reacción de Atenas se produce en un momento delicado para su sistema financiero. Las entidades griegas empiezan a ahogarse por la falta de liquidez y, por si tuviesen pocos problemas, el Banco Central Europeo (BCE) podría eliminar las inyecciones de emergencia. La institución celebra una de sus reuniones "sin decisiones de política monetaria" en la que podría cambiar la historia del euro.
En el último encuentro, hace dos semanas, decidió que dejaría de emplear la deuda griega como colateral para descontar liquidez y algunas voces sugieren que el miércoles podría retirar la asistencia de emergencia a los bancos griegos, el famoso programa ELA. Barclays teme que, sin un acuerdo en el Eurogrupo para ampliar el rescate, el BCE podría retirar esta línea de liquidez que mantiene con vida a los bancos griegos. Para que aprueben esta decisión, será necesario que cuente con el voto de dos tercios de los miembros del Consejo de Gobierno.
Mientras la institución europea se plantea si retirar el ELA, los bancos griegos piden más liquidez. La semana pasada casi agotaron los 65.000 millones que ha dispuesto Fráncfort, ya que, según los datos publicados ayer por el BCE, las entidades pidieron más de 51.000 millones de euros en apenas cinco días. El presidente del Banco de Grecia, Yannis Stournaras, acude hoya la reunión en Fráncfort con la intención de ampliar la línea de liquidez de asistencia, pero su voz se quedará en solo eso, ya que no tendrá voto hasta abril por el nuevo sistema de rotación del BCE.
Sus colegas tendrán un papel clave en el futuro del euro si deciden retirar la liquidez de emergencia, lo que añadiría más presión a Grecia para que acepte el rescate. Eso sí, en teoría, el BCE es independiente de las decisiones políticas. Según Barclays, si la institución elimina esta asistencia, podría forzar a los bancos griegos a "introducir límites a la retirada de efectivo".
Grecia se enroca
En este punto, el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, endureció ayer su mensaje al rechazar lo que describió como un "chantaje" que le obligaría a extender el rescate a Atenas y al dejar claro que piensa legislar y cumplir las promesas que lo llevaron al poder. En concreto, Tsipras incidió en que su gobierno no cederá ante las demandas de la UE y en que Grecia ya no será tratada como una colonia en Europa.
Acusó a "ciertos círculos" en la zona euro de intentar socavar su Ejecutivo y al ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, de perder los estribos y hacer comentarios ofensivos sobre éste.
Mientras, los socios del euro, que seguían en Bruselas para la reunión a 28 con el resto de sus colegas de la UE, mantuvieron que la única oferta sobre la mesa para Atenas es una extensión del programa actual, como se encargaron de recordar el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem y la Comisión Europea.
Sin embargo, el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis, indicó que existe una "voluntad política fuerte por parte de todos para encontrar una solución". Fuentes comunitarias informaron a elEconomista de que los contactos telefónicos al más alto nivel se aceleraron ayer para intentar acercar posiciones.
"Es un problema de palabras", dijo el responsable de Finanzas francés, Michel Sapin. El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, "nos dijo que en principio esta de acuerdo con la extensión del programa", añadió el socialista francés, uno de los más conciliadores con la posición griega.
Su homólogo español, Luis de Guindos, fue algo más escéptico al señalar que "en sustancia, evidentemente hay divergencias". Varoufakis intentó rebajar el tono, en constante el tira y afloja que mantiene con sus prestamistas europeos. "Sabemos en Europa como deliberar de tal manera para crear una solución muy buena y honorable de los desacuerdos iniciales", dijo al llegar al Ecofin.