
Los bancos europeos se enfrentan a una década en la que verán como sus balances se encogen. Los activos perderán valor mientras que el crecimiento económico prosiga un camino poco claro y los tipos de interés sigan cerca de cero.
Así es la opinión de Nick Anderson, James Chappell y Eoin Mullany, analistas de Berenberg en Londres. Estos expertos han publicado un documento en el que no auguran nada bueno para la Eurozona ni para el sector financiero del Viejo Continente.
"La reparación del sistema financiero europeo sigue sin producirse y continuará así hasta que por fin se reconozcan y provisionen las pérdidas de algunos préstamos que aún no han sido considerados como fallidos", según han explicado estos analistas.
"Europa podría imitar a Japón pero con un retraso de 10 o 15 años, justo cuando llegue el final del ciclo de deuda que comenzó hace 60 o 70 años, empezará un retroceso de los balances bancarios", comentan estos economistas en el documento.
La economía está cambiando su estructura, la población está envejeciendo y cada vez hay más jubilados y menos población en edad de trabajar. Las políticas monetarias expansivas en Europa persistirán durante 10 o 15 años, con bajos tipos de interés y abundante liquidez, lo que será un golpe duro para los prestamistas y la calidad de los activos. Los bancos se verán obligados a reducir sus balances.
Los bancos necesitarán grandes cantidades de capital para afrontar los activos fallidos, se necesitará un nuevo modelo modelo de negocio y un cambio estratégico. Todo ello se va a convertir en algo necesario, mientras que el sistema financiero tenderá a ser más pequeño.