
¿Se acuerdan de la burbuja subprime? Sí, aquella que otorgaba hipotecas a clientes con alto riesgo de impago para después empaquetarlas y vendérselas a los bancos de inversión. La misma que desató la crisis financiera en 2008 y la posterior Gran Recesión de la que todavía estamos recuperándonos.
Bien, seis años después de estos acontecimientos el mismo esquema comienza a repetirse en el mercado de financiación automovilística, donde los niveles de créditos tocan ya los 900.000 millones de dólares, superando en un 10% los máximos alcanzados en 2005 y 2006.
En un momento en que las ventas de coches a este lado del Atlántico acumulan 16,5 millones de unidades vendidas, el renacer de Detroit, cuna del automóvil norteamericano, sigue su avance después de rescates, reestructuraciones y compras. General Motors tuvo que ser intervenida por el gobierno de EEUU y se sometió a la suspensión de pagos aderezada por una reestructuración, Chrysler es ahora parte de Fiat y Ford sobrevivió a base de reformas internas.
Tras seis años de dinero barato y tipos de interés para créditos e hipotecas en mínimos, gracias a las políticas de la Reserva Federal, la concesión de préstamos para comprar coches se ha disparado. Una financiación que algunos concesionarios y bancos minoristas extienden hasta más allá de seis años y que ha venido acompañada por unos estándares mucho menores a la hora de conceder estos crédito.
Según datos de la consultora financiera Experian, la concesión de créditos basura con alto nivel de impago subió casi un 13 por ciento en el segundo trimestre del año. Estos son los préstamos más tóxicos en el mercado bautizados bajo el nombre de "deep subprime". El nivel de préstamos subprimes, con una alta probabilidad de impagos subió un 5,3 por ciento. Desde la misma consultora advierten que el número de embargos por compañías financieras "se ha duplicado" en el último año.
"Estamos viendo un cúmulo de riesgo crediticio que está escalando rápidamente formado por una entrega de créditos a clientes de bajo perfil y un incremento artificial de las ventas de coches motivadas por la facilidad de financiación", advierte Brad Lamensdort, gestor de Ranger Equity Bear. "Los fantasmas de las hipotecas basura podrían replicarse a menor escala en el mercado automovilístico", advierte.
Lamensdort advierte que muchas compañías podrían verse afectadas por un posible efecto bola de nieve que acabe por provocar una crisis dentro del sector. Desde Santander Consumer US (la filial de consumo del banco español en el país) hasta TFC Financial Corporation o Carmax, entidades centradas en la financiación de este tipo de productos. Pero no sólo las compañías financieras podrían enfrentar problemas, empresas como Harley Davidson o Winnebago.