
Según la encuesta anual de la Empresa Familiar, cuyo XVII Congreso Nacional arranca hoy en Alicante, la valoración de la situación política deciende hasta los 1,08 puntos de una puntuación máxima de nueve, frente a los 1,66 puntos de año anterior.
Presionada por la deriva de desafección institucional que provocan los sucesivos escándalos de corrupción, cae la imagen de los políticos entre el empresariado aglutinado en la organización de la empresa familiar.
Sucede lo contrario con la percepción de la coyuntura, que se ha más que duplicado, desde los 2 puntos del año pasado hasta los 4,26 de este año, constatando la mejora de las expectativas empresariales ante la incipiente recuperación.
El Instituto de la Empresa Familiar es una organización de ámbito estatal que agrupa a un centenar de empresas líderes en sus sectores, con una facturación media por compañía de 1.500 millones de euros, cuyo agregado equivale al 17 por ciento del PIB, cuota que llegaría al 27,5 por ciento si se incluyen las asociaciones territoriales, que comprenden 1.100 compañías.
El Rey Felipe VI centró su discurso inaugural del XVII Congreso Nacional de la Empresa Familiar en la valoración y apreciación del esfuerzo empresarial como motor del empleo. En este punto, destacó el papel de la pyme como el puntal empresarial de la creación de puestos de trabajo. Ensalzó especialmente al colectivo de la empresa familiar, por ser este tipo de empresas las que menores niveles de endeudamiento tienen, las que arrojan menores ratios de quiebra y por ser las que contratan a mayor número de mujeres.
Destacó el monarca también de las empresas familiares su carácter heterogéneo, en tanto en cuanto ello las permite ser el fiel reflejo de la realidad social, y agradeció al Instituto de la Empresa Familiar sus esfuerzos por elevar el tamaño medio de las empresas y por brindar a las compañías españolas una mayor vocación y presencia internacional.