Wall Street despedía octubre en zona de máximos. Un mes marcado por la volatilidad donde los mercados de renta variable se llevaron algún que otro susto. Sin embargo, la decisión de la Reserva Federal de finalizar su tercera ronda de compra de bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas fue bien acogida por los inversores. El dinero barato debe continuar y aunque el comunicado mostró un tono de rapaz en lugar de paloma, la subida de tipos de interés todavía está lejos.
?No esperamos una subida de inflación en el próximo año?, asegura Ethan Harris, economista jefe de Bank of America Merrill Lynch. "Como resultado hemos retrasado nuestra proyección para la primera subida de tipos a septiembre en lugar de junio", aclara. Una decisión que llega en un momento en que la última batería de resultados económicos de septiembre y octubre apuntan a una ligera ralentización en el crecimiento de EEUU de cara a los últimos coletazos del año.
Sin embargo, el viernes se publicó el Índice de Coste de Empleo (ECI, por sus siglas en inglés) que es uno de los termómetros que mejor miden los salarios a este lado del Atlántico. En el tercer trimestre, la inflación salarial registró un incremento del 0,7 por ciento, una cifra por encima de lo esperada y la mayor subida desde 2008. La lectura interanual tocó el 2,2 por ciento, frente a la brecha del 1,8 y 2 por ciento en que se ha movido en los últimos 10 meses.
Algunos analistas hacían sonar las alarmas ya que si este ritmo se mantiene al alza, es una clara señal inflacionaria y de tensión para el mercado laboral, dos factores que podrían forzar a Janet Yellen a apretar las tuercas monetarias ante de lo previsto. "Esta es una de las referencias favoritas para medir el incremento de los salarios y subidas de esta magnitud podrían adelantar la subida de tipos a comienzos del año que viene", dijo Paul Ashworth de Capital Economics al Business Insider.
Recordemos que un aumento sostenido de los salarios podría llevar a un aumento correspondiente en los precios, que podría dar lugar a presiones inflacionarias que pueden inducir a la Reserva Federal a elevar las tasas de interés, que han permanecido entre el 0 y el 0,25 por ciento desde diciembre de 2008.
La subida salarial, que hasta ahora ha sido residual, podría comenzar a subir en un momento en que la tasa de paro se sitúa en el 5,9 por ciento, a la espera de los datos de octubre que conoceremos el próximo viernes, y en un momento en que las peticiones de subsidio por desempleo tocan mínimos no vistos en los últimos 14 años. En estos momentos, las contrataciones registran su mayor año desde 1999.