
El número de personas en activo, aquellas que suministran mano de obra o están en edad de trabajar y dispuestas a hacerlo, no deja de bajar en España. La última Encuesta de Población Activa (EPA) sitúa en 22,93 millones las personas en esta situación. Ni siquiera un trimestre tradicionalmente positivo para el empleo como es el estival logró animar a más españoles a buscar un empleo. De hecho, el número de activos disminuyó en entre julio y agosto en 44.200 personas. En los últimos doce meses se ha reducido en 241.700.
La de los 22,9 millones es la cifra más baja desde el año 2007 y es uno de los puntos negros de la encuesta ya que supone una caída de 470.000 activos desde el pico marcado en 2010.
Pero quizá más grave aún que la pérdida de activos es el envejecimiento las personas ocupadas o que buscan empleo. Sólo en cuatro años, el número de activos entre los 20 y los 29 años se ha reducido un 20%. En términos absolutos, la emigración, el desánimo y la ampliación del periodo de estudios ha hecho que desaparezcan 884.000 activos veinteañeros.
Entre los treintañeros la situación es algo mejor pero no demasiado. En los últimos cuatro años, la cifra de activos entre los 30 y los 39 años se ha reducido en 573.000 personas. Es decir, el 8% de los activos de esa edad se ha evaporado de la estadística.
Crecen los activos a partir de los 55 años
Mientras el mercado laboral español pierde jóvenes en activo, los gana por el lado de los más veteranos. Las medidas para retrasar la jubilación y la propia crisis económica han hecho que haya 434.000 activos mayores de 55 años más que en el ejercicio 2010.
Según los datos del INE, en los últimos tres meses 1,264 millones de personas se incorporaron a la actividad, siendo superados por los 1,342 que salieron de ella. Tendremos que esperar unos meses para conocer cuántos de ellos se deben a la emigración.