
Como los contratos de los servicios públicos o los productos de los bancos, también la reforma fiscal de Cristóbal Montoro tiene una letra pequeña en la que se detallan todas las cláusulas y consecuencias que nos son perjudiciales y de las que nada quieren que sepamos.
Pues eso es lo ocurre con el cambio fiscal, donde resulta que tras los titulares de la rebaja del IRPF, que ya se verá no es para tanto, se esconde toda una serie de subidas y nuevas figura impositivas que van a consumar un nuevo aumento de la presión fiscal global en 2015, que subirá hasta el 34,1% de los ingresos, es decir medio punto por encima de la que ya padecemos este año.
Y no lo decimos nosotros, que lo admite el propio Gobierno en el Plan Presupuestario para el próximo ejercicio que ha remitido a Bruselas, en el que detalla que la previsible caída de la recaudación de 3.800 millones de euros en IRPF y Sociedades, se va a compensar con subidas en los impuestos sobre la producción y las importaciones, y también en los impuestos corrientes sobre la renta y la riqueza, mientras se eleva sólo una décima, al 0,47%, la imposición sobre el capital.
Promesa incumplida
Es decir, que el Gobierno que llevaba en su programa electoral una rebaja de impuestos y que incumplió reiteradamente sus promesas para subir casi cuarenta veces los impuestos en dos años y medio de legislatura, y cargó el peso de la crisis sobre las espaldas de las clases medias, de las familias, de las empresas y de los autónomos, no sólo no rectifica sino que nos engaña a todos con verdades a medias y ocultándonos información.
Porque a esos detalles del Plan Presupuestario hay que sumar el incumplimiento del compromiso de rebajar las cotizaciones sociales en un punto, además de toda la abusiva carga de impuestos y de tasas de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos -a los que el Ejecutivo ya recomendando que los suban para poder cumplir el déficit- que están provocando una ruptura del mercado interior y deteriorando la competitividad de las empresas y la capacidad de consumo de los particulares. ¡Ojo al dato!