Economía

El FMI rebaja las previsiones de crecimiento mundial por la presión geopolítica y los riesgos financieros

El Fondo Monetario Internacional ha presentado hoy en Washington sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) donde la institución capitaneada por Christine Lagarde reconoce que, pese a los contratiempos, "continúa una recuperación" que a ojos de sus funcionarios sigue siendo "desigual".

Según su análisis, la actividad económica en la primera mitad del año fue más débil de lo previsto, de ahí que el Fondo haya revisado a la baja el crecimiento del PIB mundial, que tocará el 3,3% este año, cuatro décimas por debajo de lo previsto en abril. En esta línea, la organización también ha rebajado sus previsiones para el año que viene, cuando el planeta sólo crecerá un 3,8%. Al fin y al cabo los riesgos a la baja son mayores desde la primavera.

Entre los retos a corto plazo se incluyen un empeoramiento de las tensiones geopolíticas y una reciente propagación del riesgo y la volatilidad en los mercados financieros. Si miramos a medio plazo los efectos son peores dado el peligro de estancamiento con un bajo crecimiento de las economías avanzadas y un descenso del crecimiento potencial en los mercados emergentes.

De momento, en Estados Unidos se siguen registrando las condiciones para una impulso más fuerte en el crecimiento gracias a una política monetaria acomodaticia y unas condiciones financieras favorables. Además se ha reducido la fricción fiscal, se han fortalecido los balances de los hogares y el mercado de vivienda vuelve a ser "saludable". Como resultado se prevé un crecimiento medio de alrededor del 3% en el segundo semestre de 2014 continuando hacia 2015.

En la zona del euro se espera una recuperación débil pero gradual, apoyada por una reducción en el ajuste fiscal, la política monetaria acomodaticia y la mejora de las condiciones de crédito. El crecimiento se situará, en una media del 0,8% en 2014 y un 1,3% en 2015, más débil que las proyecciones del WEO abril 2014.

En Japón el patrón de crecimiento se vio afectado por la subida de impuestos al consumo del pasado abril que impulsó la actividad en el primer trimestre a expensas de sacrificar el avance en el segundo trimestre. Tras una contracción mayor de lo esperado en el segundo trimestre el PIB ahora se prevé que crezca un 0,9% en 2014, cinco décimas menos que las proyecciones anunciadas en abril.

Entre los emergentes, la atención se centra en China, donde las proyecciones de crecimiento han sido rebajadas ligeramente tanto en 2014 como 2015 en relación con las previsiones presentadas en primavera. Después de un primer trimestre más débil de lo esperado, las autoridades desplegaron medidas de apoyo, como la desgravación fiscal para las pequeñas y medianas empresas y una mayor inversión en infraestructura acelerado así como otras medida de estímulo monetario.

El crecimiento ganó fuerza en el segundo trimestre gracias a estas medidas así como el aumento de las exportaciones. De ahí que el avance de la economía toque una media del 7,4% en 2014, en línea con la meta de las autoridades de Pekín. Para 2015 el FMI espera que el crecimiento se modere hasta el 7,1% ya que la economía mantendrá su transición hacia una senda más sostenible y la inversión residencial se desacelerará aún más.

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