Economía

El Gobierno todavía recaudará 2,3 puntos de PIB menos en 2015 que antes de la crisis

  • A las arcas del Estado entrarán alrededor de 23.000 millones menos
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Foto: Archivo

En 2015, el ejercicio del afianzamiento de la recuperación, del repunte del Producto Interior Bruto (PIB), de la entrada en vigor de la reforma fiscal tantas veces anunciada, del tímido despegue del empleo, y año electoral, para más señas, los ingresos totales del Gobierno español supondrán el 38,8% del PIB, apenas tres décimas más que en 2014, lo que representa 2,3 puntos porcentuales menos de lo que España recaudaba en 2007.

Eso significa que a las arcas del Estado entrarán alrededor de 23.000 millones menos que antes del estallido de la crisis.

Esa meta del 38,8% de recursos totales del Estado -en su inmensa mayoría procedentes de impuestos- para el próximo ejercicio es una de las proyecciones presupuestarias que incluye el Programa de Estabilidad 2014-2017, que el Gobierno envió a Bruselas a finales del mes de abril, y que certifica que la atonía de ingresos se mantendrá incluso hasta 2017, cuando el Ejecutivo calcula que recaudará el equivalente al 39% del PIB; esto es, todavía 2,1 puntos porcentuales menos que diez años antes (unos 21.000 millones menos que en 2007).

Previsiones optimistas

Y las previsiones del gabinete de Mariano Rajoy son de las más optimistas, ya que, por ejemplo, la agencia de rating Moody's estima unos ingresos totales del 37,3% del PIB el año próximo, lo que representaría un retroceso de 3,8 puntos porcentuales frente a 2007. Precisamente, la factura que la crisis económica ha dejado en forma de merma de ingresos y disparo de los gastos del Gobierno es una alerta que lanzan a España agencias de calificación, expertos y organismos oficiales.

En concreto, el último informe de Moody's prevé que continúe al alza el incremento del desembolso en pensiones y en intereses de la deuda pública, que supone el 30% del total del presupuesto de gastos -es decir, consume más del 36% de los ingresos-. Y avisa de que, entre los países con el mismo rating (Baa), España destaca por su gran pasivo, que "llegará a su máximo nivel en 2016, contando con que prosigan la recuperación y la consolidación fiscal".

La firma calificadora asegura que mejorará la nota de España si ve factible una rebaja de la deuda pública a medio plazo.

También Standard & Poor's (S&P) avisa del delicado andamiaje de ingresos y gastos en España, y de la presión que ejercen sobre la deuda pública. Así, recuerda que la recuperación económica por sí misma propicia un aumento cíclico de los ingresos fiscales, tanto indirectos -ligados al consumo- como directos -procedentes de la renta-, además de reducir el gasto en desempleo, pero alerta de que, sin más reformas que rebajen el déficit, a España le será casi imposible cumplir las metas comprometidas del 4,2 y y 2,8% en 2015 y 2016, respectivamente.

Además, para Standard & Poor's el alto nivel de la deuda española (tanto la pública como la que acumulan las empresas y los hogares), superior al 300 por ciento del PIB en el tercer trimestre de 2013, es uno de los principales factores que constriñe la subida de rating del país, que recientemente mejoró hasta 'BBB', con perspectiva estable.

Figuras tributarias hasta 2017

Según el Programa de Estabilidad, en el acumulado entre 2014 y 2017, el Gobierno confía en subir los ingresos gracias, sobre todo, a las figuras impositivas vinculadas a la tributación ambiental. En el desglose de ingresos, la mayor ganancia de peso sobre PIB corresponde a los indirectos (1 punto más, hasta el 12 por ciento del PIB en 2017), aupados por la citada mayor recaudación ambiental, por Transacciones Financieras y por el trasvase de ciertos productos al tipo general de IVA por imposición de las instituciones comunitarias.

Las proyecciones del Ejecutivo sitúan a continuación los impuestos directos, cuyo peso se elevaría 0,8 puntos hasta 2017, hasta alcanzar el 11 por ciento del PIB ese año, impulsados "por los efectos beneficiosos de las medidas tributarias y estructurales adoptadas sobre la actividad y la creación de empleo".

Siempre según las proyecciones del Programa de Estabilidad, en 2017 la recaudación por impuestos directos presentaría una diferencia con la procedente de indirectos que sería 0,4 puntos porcentuales mayor a la de 2013.

Finalmente, el Ejecutivo de Mariano Rajoy augura una pérdida leve de peso de las contribuciones sociales: 0,5 puntos porcentuales hasta el año 2017, un ejercicio en el que constituirían el 12,3 por ciento del PIB, "como reflejo de la contención salarial que caracteriza el escenario plurianual".

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