
El recibo de la luz de los consumidores acogidos a la tarifa regulada, unos dieciséis millones, estará directamente vinculado al mercado eléctrico mayorista a partir de abril, lo que permitirá ahorrar una media del 3%, de acuerdo a los cálculos del Ministerio de Industria.
Fuentes de Industria han explicado que hoy remitirán a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) su propuesta para modificar el sistema para fijar el componente energético de la tarifa, que supone la mitad del recibo y que sustituirá a las antiguas subastas trimestrales.
Con el nuevo modelo desaparecen las coberturas financieras incluidas en esas subastas, que suponían un sobrecoste anual de 300 millones de euros, dado que los consumidores pagarán en cada periodo de facturación exactamente el precio medio del mercado en esas fechas.
Traerá volatilidad
Esto supondrá, según ha reconocido Industria, una cierta volatilidad -ya que el precio del mercado fluctúa en función de diversos factores, entre los que destaca la disponibilidad de producción renovable, que entra a cero euros y abarata el precio de cierre- aunque asegura que no será más que "unos pocos euros", al alza o a la baja, en la factura final.
Además, al eliminar los costes financieros, la factura media de los consumidores acogidos a la tarifa se reducirá en torno a un 3%, según Industria, unos 200 millones de euros anuales en total. Los consumidores también tendrán la opción de contratar una tarifa con precio fijo para todo el año, aunque según Industria será una opción más cara.
Sobrecoste de 1.160 millones
Industria lanza este nuevo mecanismo después de reconocer que las subastas Cesur, creadas en 2009, han hecho que los consumidores domésticos paguen 1.160 millones de euros de más por culpa de su efecto inflacionista.
El sobrecoste de este "seguro" trimestral fue de 500 millones en 2010, de 250 millones en 2012 y de 210 millones en 2013, "y todo por evitar una fluctuación de dos o tres euros al mes", dicen las fuentes.
Conforme al nuevo mecanismo "transparente", "de mercado" y "menos costoso para el consumidor", cada factura que se emita a partir de abril, generalmente de forma bimestral, incluirá por un lado los peajes regulados y los impuestos, y por otro un precio de la energía fruto de la media que haya marcado durante ese periodo el 'pool'. De esta forma, se resuelve el efecto encarecedor de las anteriores subastas Cesur, cuya puja de diciembre quedó invalidada.
En el borrador de real decreto con el nuevo mecanismo, Industria incluye también la obligación de que las comercializadoras ofrezcan un precio cerrado anual para los consumidores que quieran "estabilidad". Estas ofertas estarán "estandarizadas" y, pese a fijarse de forma libre por la empresa, aparecerán en las 'web' del regulador y del Ministerio para que el consumidor las pueda comparar.
Otro de los aspectos del nuevo mecanismo, que aún debe analizarse junto a la CNMC, es la creación de una fórmula de supervisión para poder responder ante posibles variaciones extraordinarias en el 'pool'. "Siempre estamos encima del mercado y, si se ve algo extraordinario, tenemos la idea de crear instrumentos específicos", afirman las fuentes.
Este nuevo sistema afecta al componente de la energía del recibo. De forma orientativa, por cada 50 euros que paga un consumidor, 20,6 euros van a peajes, 10,7 euros a impuestos y 18,7 euros a este componente energético.