El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha afirmado este martes que las negociaciones en el Congreso para evitar la suspensión de pagos y lograr la reapertura del Gobierno "son un caos". Ayer, las expectativas de alcanzar un pacto volvieron a hacer aguas después de que los dos proyectos presentados por los republicanos fracasaron por falta de apoyo en una fraccionada Cámara baja.
"Mi expectativa es que todo se solucione, pero no tenemos mucho tiempo. Sugiero a los líderes del Congreso que no finjan y no intenten salvar la cara, que no se preocupen por la política y hagan lo que es correcto", ha valorado el presidente en declaraciones concedidas a la WABC.
Ayer, la Cámara de Representantes, controlada por mayoría republicana, canceló la votación sobre la reapertura del Gobierno tras fracasar las negociaciones entre los dos partidos.
Ante esta situación los líderes del Senado se ha visto forzados a retomar sus conversaciones para intentar evitar la suspensión de pagos y continuarán hoy con las reuniones. "Esto está de nuevo en marcha", señaló la senadora demócrata Heidi Heitkamp a la cadena CNN, después de un día de acontecimientos caóticos que agitaron los nervios de muchos miembros del Congreso y de los mercados financieros mundiales.
Los escollos
Un funcionario federal informó a Reuters de que en el Senado también se están evaluando formas de acelerar el proceso para que la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, pudiera tener una oportunidad de actuar antes de la fecha límite del jueves.
"Aún trabajan en los detalles entre los senadores (Mitch) McConnell y (Harry) Reid. Estamos realizando buenos progresos", aseguró el senador Dick Durbin, el segundo demócrata de mayor rango en la Cámara alta, en referencia a los líderes de cada partido en el Senado.
Sin embargo, sigue siendo una incógnita la aprobación de cualquier plan del Senado en la Cámara baja. Ayer, en el transcurso de pocas horas, los dos proyectos presentados por los republicanos fracasaron por falta de apoyo.
El primer proyecto republicano en la Cámara baja fue eliminado en una reunión a puertas cerradas. En tanto, el segundo fue descartado horas antes de que pudiera llegar a la Cámara de Representantes, después que un importante grupo conservador instó a no votar después que no lograra suficiente apoyo para debilitar la ley sanitaria de Obama.
Este segundo plan proponía extender el límite de endeudamiento hasta el 7 de febrero igual que el del Senado, pero solo daría financiación al Gobierno hasta el 15 de diciembre, lo que generó las fuertes críticas de la Casa Blanca y los demócratas por dejar abierta la puerta a otro cierre potencial del Gobierno justo antes de la Navidad.
17 de octubre
Y es que horas antes, la Administración de Obama había rebajado las expectativas de que demócratas y republicanos pudieran alcanzar de forma inminente un acuerdo en el Congreso y había advertido de que dicho pacto todavía queda "lejos".
"En estos momentos estamos lejos de un acuerdo", ha reconocido el portavoz de la Presidencia, Jay Carney, en rueda de prensa. En este sentido, y aunque ha admitido que se han producido algunos "progresos" en el Senado, no da nada por conseguido.
Estados Unidos, que vive desde el 1 de octubre en lo que se conoce como cierre de Gobierno -con las actividades no esenciales de la Administración federal interrumpidas-, se arriesga a entrar en suspensión de pagos si no logra elevar el techo de deuda. La fecha límite es el 17 de octubre, es decir, mañana.
El aviso de Fitch
La tensión de las negociaciones se vio avivada ayer con el toque de atención de Fitch. La agencia de calificación advirtió de que podría rebajar la calificación soberana de Estados Unidos desde su actual máxima nota de 'AAA', que ha puesto en perspectiva negativa.
La advertencia de para una posible rebaja de calificación se debe a "las prolongadas negociaciones sobre el aumento del techo de deuda (tras el episodio de agosto de 2011) amenazan con socavar la confianza en el dólar de EEUU como moneda de reserva mundial por excelencia, lanzando dudas sobre la plena fe del crédito estadounidense", justificó la agencia en un comunicado de prensa.
Fitch y Moody's todavía otorgan su máxima calificación AAA a la deuda de EEUU. S&P, la otra de las tres agencias principales de calificación, arrebató al país su calificación AAA en agosto 2011 durante la crisis del techo de la deuda, citando la inestabilidad política como el principal motor de su decisión.