
Para muchas compañías, las exportaciones han sido la única salida a la difícil situación actual y la única manera de neutralizar la fuerte caída de la demanda en el mercado nacional. La economía española está cada vez más abierta. Y no sólo eso, es más competitiva e incluso más productiva. Pero, ¿a costa de qué? El casi nulo o nulo crecimiento de los salarios es uno de los claroscuros del actual milagro exportador de España.
"La demanda interna está paralizada. El único camino hacia el crecimiento se encuentra fuera del país, no hay otra manera", explica en declaraciones al Financial Times Quique Díaz, portavoz de Pretty Ballerinas. Es una más del gran número de empresas que han tenido que mirar hacia el exterior para mantenerse. Las exportaciones representan hoy el 63% de su negocio, frente al 45% de hace cinco años.
Para incontables empresas y, al fin y al cabo, para la propia economía en su conjunto, las exportaciones se han convertido en un elemento clave en medio de tanto desempleo y una marcada caída de la demanda de consumidores, empresas y gobierno por igual. Las exportaciones de materiales de construcción, piezas de automóviles, vino, textiles, maquinaria y software, entre otros, están en auge, recuerda en un artículo el FT. Cada vez más el sector exterior surge como única esperanza para la recuperación.
Los datos recientes muestran que España realmente ha ganado terreno en los mercados mundiales desde el inicio de la crisis. Las exportaciones están creciendo incluso más rápido que en Alemania, motor económico de Europa. Según las últimas previsiones de la Comisión Europea, las exportaciones de España crecerán un 4,1% este año -el mayor incremento de todos los países de la UE.
El periódico apunta que para el Gobierno de Mariano Rajoy el éxito de las exportaciones ofrece un rayo de esperanza y una valiosa munición política. Rajoy -y sus partidarios- apuntan que el aumento de las exportaciones muestra que las impopulares reformas estructurales y la defensa de la austeridad están funcionando.
Mencionan en particular, dice el FT, la reforma del mercado de trabajo del año pasado, lo que abarató el despido y facilitó a las empresas "ajustar los salarios de sus empleados" en un momento en que el propio aumento del desempleo ya estaba ejerciendo presión sobre esos mismos salarios.
Ganancias de competitividad
Es cierto. "España ha sido capaz de recuperar la competitividad que perdió durante los años del boom inmobiliario", como ha señalado recientemente Jaime García-Legaz, secretario de Estado de Comercio. Pero él mismo reconoce que "lo que hemos visto en el último año es que estamos logrando ganancias de competitividad dramáticas debido a la moderación salarial".
Muchos directivos españoles son reacios a hablar en público sobre la erosión de los salarios, pero sí lo hacen en privado mientras admiten la gran flexibilidad del trabajador español: "Tenemos gente trabajando durante varios meses al año a 300 kilometros de su casa para mantener las plantas en marcha. Tenemos personas que trabajan en los laboratorios por la mañana y como limpiadores por la tarde. Tenemos personas que han aceptado una reducción del 25% de los salarios", señala un ejecutivo español de alto nivel.
Las elevadas tasas de exportación y la mejora de la competitividad, motivada por la caída de los costes laborales unitarios, han traído consigo un repunte de la productividad. El problema es que ese aumento de la productividad se ha producido a costa del nulo crecimiento de los salarios.
"Fuerza de trabajo atractiva"
Ignacio de la Torre, socio del banco de inversión español Arcano y profesor en la escuela de negocios IE en Madrid, señala en declaraciones al FT: "España tiene una fuerza de trabajo muy atractiva en este momento. De un trabajador español se obtiene 20 euros por hora de media, mientras que en la Eurozona la media es de 27,50 euros". Y añade: "Los trabajadores españoles pueden ser menos productivos que sus colegas de otros países europeos, pero el margen es mucho menor que lo que la brecha salarial implica".
Ante este panorama y en medio de la euforia oficial sobre auge de las exportaciones en España, algunos analistas hacen una llamada a la precaución. Señalan que la gran mayoría de las empresas españolas, que representan la mayoría de los puestos de trabajo, simplemente no tienen el tamaño, los productos, la experiencia y el músculo financiero para competir en el exterior.
Haciéndose eco de un tema popular entre los economistas, BNP Paribas se quejó de esta "dualidad de la economía española", en un informe reciente. La conclusión del banco: "La base de las exportaciones españolas es todavía demasiado pequeña para compensar la caída de la demanda".