Economía

El 'corralito' en Chipre devuelve la incertidumbre a los mercados

  • El Gobierno español no ve extrapolable las medidas impuestas a la isla
  • Moscú está dispuesto a dar un crédito de 5.000 millones de euros

Los depósitos en Europa no están el punto de mira. Sólo en Chipre. La decisión de este fin de semana de Eurogrupo y del FMI de imponer una quita a los ahorros de los chipriotas (el 9,9% para las imposiciones de más de 100.000 euros y del 6,75% para las que no superan esta cantidad) a cambio del rescate de 10.000 millones de euros modifica las reglas del juego hasta ahora escritas, pero para arreglar un caso muy particular y excepcional. Hasta el punto que se ha impuesto un 'corralito' parcial para evitar la fuga de capitales, el primero en el Viejo Continente. Hasta el miércoles en la isla mediterránea no se podrá sacar más de 1.000 euros.

Las medidas adoptadas nada tienen que ver con la de otras ayudas, como la banca española o a Grecia. Con la quita los chipriotas, se estima, contribuirán al saneamiento de sus finanzas y sus bancos con unos 7.000 u 8.000 millones.

Los analistas esperan una reacción negativa de los mercados, con subidas de la prima de riesgo en los países del sur continental, como España e Italia, y bajada de las bolsas, pero no se atreven a pronunciarse sobre el tiempo que permanecerá la incertibumbre, debido al pequeño tamaño de la isla mediterránea.

Lo que se descarta es una avalancha en la retirada de ahorros en nuestro país como en otras ocasiones, principalmente después de la nacionalización de Bankia y la petición de dinero para sanear el balance de las entidades el año pasado, que supuso una fuga de dinero de unos 60.000 millones en varios meses. El acuerdo, no obstante, supone un giro radical a la política europeo, imponiendo un corralito parcial y una quita a los depositantes de un Estado. Hasta el miércoles los ciudadanos no podrán sacar más de 1.000 euros.

Hasta el momento los dirigentes europeos habían mostrado el firme convencimiento de que había que proteger a los depositantes para evitar la fuga de capitales. Así en 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers, se garantizaron en toda Europa todos los depósitos por debajo de los 100.000 euros subiendo el listón que en muchos países se encontraba en la mitad. Y desde hace meses la zona euro proyecta la llamada Unión Bancaria, que pretende, entre otros cometidos, potenciar un fondo de garantía común.

Algunas voces no están de acuerdo con la decisión. El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, pidió mejoras en el paquete de rescate para los pequeños ahorradores. Reclamó salvaguardas para los importes menores a 25.000 euros.

España marca distancias

En nuestro país, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, puso ayer de manifiesto las medidas adoptadas por el Gobierno al señalar que "hace un año se hablaba del rescate de España, pero ahora se habla de la intervención de Chipre". El sábado fuentes gubernamentales se apresuraron a resaltar que el acuerdo no es extrapolable a otro país.

Por ejemplo el agujero de la isla mediterránea alcanza el 100 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB), una cifra que difiere de la ayuda que tuvo que conceder el Eurogrupo y el FMI a la banca española, en torno al 4 por ciento del PIB, poco más de 41.000 millones de euros.

La ayuda a Chipre lleva contrapartidas. El Gobierno de Nicosia tendrá que llevar a cabo un ajuste presupuestario del 4,5% del PIB a través de menores costes y privatizaciones. También tendrá que elevar el Impuesto de Sociedades del 10 al 12,5%. Y tendrá que imponer pequeñas quitas a la deuda de peor calidad.

Las medidas impuestas, por tanto, no pueden ser comparables, pero sí suponen un cambio en la estrategia de la 'troika'. Hasta el momento sólo en el caso de Grecia se han pactado quitas para los acreedores, pero nunca a los ciudadanos a través de una tasa a los depósitos.

La quinta parte de este impuesto a los ahorradores de Chipre correrá a cargo de inversores rusos que trasladan a Chipre su dinero para evadir impuestos a través de sociedades opacas, según fuentes conocedoras de la situación.

La preocupación en Moscú es elevada. La isla mediterránea, paradójicamente, es el primer inversor extranjero en Rusia, país que ya ha tenido que salir en el pasado reciente al rescate de Chipre con un crédito de 2.500 millones de euros.

Peticiones rusas

Ante el escenario trazado en Europa, el presidente de la Asociación de Bancos Regionales de Rusia, Anatoli Aksánov, subraya que la quita perjudicará la economía rusa. El diputado del partido oficialista Rusia Unida y vicepresidente del comité parlamentario de Finanzas asegura que el Ejecutivo ruso "debe ayudar a Chipre, porque es el principal inversor extranjero en nuestra economía". Pero para ellos reclama datos concretos sobre la situación de sus inversores y ofrece a cambio otro crédito de 5.000 millones de euros. En principio, el impacto para los rusos se calcula en unos 1.500 millones, ya que cuentan con un 20% de los ahorros depositados en Chipre.

La agencia de calificación Moody's advertía recientemente en un informe que en caso de la congelación de los depósitos y su uso para repartir la carga financiera de un rescate, las empresas rusas sufrirían pérdidas y no podrían repatriar su dinero, algo que repercutiría de forma directa en su capacidad para afrontar sus compromisos de pago en Rusia.

Algunos expertos destacan que el Eurogrupo y el FMI han diseñado la ayuda de esta manera con el objetivo de que Moscú también colabore con el saneamiento de la banca de Chipre.

Repercusión en Grecia

El rescate también afectará a Grecia. El primer ministro griego, Andonis Samarás, analizó en la tarde de ayer con el ministro de Finanzas, Yannis Sturnaras, cómo se va a materializar la absorción de las filiales chipriotas de bancos helenos.

A la salida de la reunión, Sturnaras se limitó a señalar que la absorción será supervisada por el Banco Central griego. El ministro evitó pronunciarse acerca de si las filiales griegas de los tres bancos chipriotas Cyprus Bank, Laiki Bank y Hellenic Bank, abrirán el martes o, por el contrario permanecerán cerrados como las entidades matrices en Chipre.

La decisión de la madrugada del viernes responde, según otros expertos, a la defensa de la canciller alemana de repartir las cargas de los rescates a otros países y que los alemanes, que este año están convocados a las urnas en septiembre, no vean como costean la fiesta de otros estados. El de Chipre es el quinto rescate tras los llevados a cabo en Grecia (2 de mayo de 2010), Irlanda (29 de noviembre de 2010), Portugal (5 de abril de 2011), el segundo rescate griego (21 de julio de 2011) y el realizado a la banca española (9 de junio de 2012).

El presidente de la Federación de Bancos Alemanes, Andreas Schmitz, celebró el compromiso europeo sobre el rescate a Chipre y manifestó su alegría de que se encontrará una solución antes de lo esperado. "Estoy satisfecho de que se haya encontrado una solución antes de lo esperado para Chipre. Con ello, se logra más estabilidad para la eurozona", indicó Schmitz a la prensa local. La quita para los ahorradores, según Schmitz, debe ser vista como "una medida extraordinaria y excepcional".

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