
Ante la pregunta de cómo bajar en déficit en 2013, los expertos consultados por elEconomista lo tienen claro. El agujero presupuestario se elevará hasta el 7% este año si el Gobierno no adopta más medidas para corregirlo, como pretende Hacienda. En el mejor de los casos, descartan que pueda bajar del 6,5% sin las reformas estructurales pendientes y sin los ajustes que reclama nuestra economía.
El mismo temor sobrevuela a la troika, que envía a España una misión de expertos para verificar los datos de déficit de 2012, cuando se situó en el 6,74%, según los datos oficiales publicados el pasado 28 de febrero. Ayer mismo, el ministro de Economía, Luis de Guindos, calificaba esta visita de "habitual" a su llegada al Eurogrupo y aseguraba que tanto Bruselas como el resto de socios comunitarios valoran "muy positivamente" el esfuerzo "sin precedentes" que ha acometido nuestro país.
Sin embargo, los recelos a nivel internacional son evidentes. Sin ir más lejos, la agencia Bloomberg puso en duda la cifra de déficit dada a conocer por el presidente, Mariano Rajoy, en el Debate sobre el Estado de la Nación. Con un contundente "no se sorprendan si la cifra se revisa al alza hasta registros menos afortunados", la agencia siembra las dudas sobre el dato oficial.
Bajar o no bajar impuestos
De Guindos indicó que el Ejecutivo tratará de compatibilizar la reducción del déficit con bajadas de impuestos en 2014, como anunció Rajoy ante el Parlamento. Algo sobre lo que falta el pronunciamiento de Montoro. Lo que sí descartan fuentes del Ministerio de Hacienda es un endurecimiento de la política fiscal este año y niegan de forma tajante que vaya a haber otro incremento del IVA para equiparar el tipo general del 21 al 23% de otros países europeos.
En Hacienda defienden que las medidas de ajuste impulsadas hasta ahora servirán para reducir el déficit al 4,5% este ejercicio. Sin embargo, los economistas consultados por este diario advierten de que esos esfuerzos son "insuficientes" y que "los sacrificios serán en vano" si no se atajan los problemas de fondo.
En opinión de María Jesús Fernández, analista del Gabinete de Coyuntura y Estadística de Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorros, el efecto de las medidas y reformas puestas en marcha "es transitorio" y algunas tendrán, incluso, un impacto negativo este año (por ejemplo los 5.200 millones de la paga extra que se suprimió a los funcionarios en Navidad y que deberá abonarse de nuevo.)
Todo, en medio de una coyuntura económica que apenas mejorará, porque Funcas prevé que el PIB se contraiga un 1,5% este año, tres veces más de lo que contempla el Ejecutivo.
Ignacio Zubiri, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad del País Vasco (UPV), sentencia que el objetivo del 4,5% "ni es creíble, ni es alcanzable". Entiende que la crisis de España lo es, sobre todo, de ingresos (somos el país que menos recauda de la Unión Europea a 15, cuando nuestros tipos están entre los más elevados).
En este sentido, Joaquín Trigo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), lamenta que, mientras las familias y empresas han iniciado ya el proceso de desapalancamiento, "seguimos sin saber cuál es el verdadero déficit del sector público" y denuncia que las Administraciones están acaparando la financiación que debería llegar a las empresas (desplazamiento del crédito conocido como efecto crowding out.)
Posibles medidas
Juan José Rubio, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM), reconoce que hay poco margen en materia de impuestos y que subirlos "puede volverse en contra como un boomerang" y provocar efectos perniciosos en el consumo. Recomienda eliminar algunas deducciones (como las de los planes de pensiones en el IRPF o las de las Sicav).
Fernández es partidaria de una reforma profunda del sector público que introduzca más eficiencia en el gasto, por ejemplo reduciendo al máximo las empresas y entes públicos y poniendo coto a las subvenciones, como defiende Trigo. Zubiri no descarta, incluso, que haya que eliminar de nuevo la paga extra a los funcionarios.
Los expertos inciden en que otras medidas, como el recorte de la inversión en infraestructuras únicamente tendrían impacto en el corto plazo.